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La policía se incauta de 460 kilos de hachís ocultos bajo un cargamento de claveles

Jan Martínez Ahrens

Para la policía, aquel cargamento olía a flores. A centenares de claveles rojos, amarillos y blancos que en multicolores ramos trataban de disimular el mayor alijo de hachís incautado en lo que va de año en Madrid. El cargamento, de 460 kilos de dicha sustancia, estaba oculto en una nave recién alquilada del polígono Gran Parking Sur, en la carretera de San Martín de la Vega. Allí llegó escondido en un camión frigorífico procedente de Cádiz. En la operación policial fueron detenidos Markus Ch., alemán, de 35 años, y Javier Luis F. B., de 30, a quienes los investigadores consideran meros eslabones de una red más amplia dedicada a la importación y distribución de hachís en la capital.

Las investigaciones del Grupo de Policía Judicial de la comisaría de Chamartín se iniciaron a principios de este mes. Los agentes detectaron que en los puntos de venta habituales se había incrementado inusitadamente el tráfico de hachís. Ante este hecho, se interrogó a los confidentes, se vigiló los lugares de venta, se siguió a algunos sospechosos. Estas pesquisas dieron su fruto. Primero se determinó la procedencia del hachís (Marruecos), luego la forma de distribución (recogido en Andalucía y enviado a Madrid) y finalmente el modo de transporte (un camión isotermo, con un fondo falso donde se ocultaba la droga).Con estos datos, la policía se lanzó en busca del vehículo. Cribó una y otra vez a los camiones sospechosos hasta localizar uno que coincidía con los datos conseguidos. Los seguimientos destaparon que este camión, tras cada viaje, permanecía varios días oculto en un taller de la calle del Escorpión, en las proximidades de Barajas. El propietario de este local era Markus C, con domicilio en una urbanización del Casar de Talamanca. El hombre, siempre según la policía, carecía de antecedentes. El siguiente sospechoso investigado fue el conductor del camión: Javier Luis F. B., también sin antecedentes.

Una vez identificados, la policía esperó a que se pusieran otra vez en marcha. El pasado 7 de julio, el conductor volvió a sacar a la carretera el camión isotermo. Su destino era el sur de España. Tras una semana de viaje, el camión regresó a Madrid el pasado lunes. Pero el conductor, en vez de dejar el vehículo en Barajas, lo aparcó en una nave recién alquilada en el polígono Gran Parking Sur, en la carretera de San Martín de la Vega. Los agentes, ante la sospecha de que el camión hubiera cargado hachís en el sur, entraron en acción el martes. Detuvieron al conductor y registraron el camión y la nave.

Bajo cincuenta cajas de claveles descubrieron el auténtico cargamento: 460 kilos de hachis repartido en pequeñas tabletas envueltas en periódicos marroquíes, y del que la mitad era polen (hachís de la máxima pureza). Al día siguiente fue detenido Markus. La policía sostiene que en su taller mecánico el camión fue modificado con un falso fondo para que pudiese albergar el cargamento.

Las investigaciones se encaminan ahora a determinar en qué punto exacto de Andalucía fue recogida la mercancía. Las primeras hipótesis apuntan a que fue entregada en la provincia de Cádiz y que en origen procedía de Marruecos. En esta línea, los agentes buscan al resto de los integrantes de la red, ya que se sospecha que los dos detenidos eran meros correos, es decir, que su cometido se limitaba al transporte y almacenamiento de la droga.

Al resto de la supuesta banda corresponderían, de confirmarse esta hipótesis, el capital para la compra de la mercancía, las conexiones con las mafias marroquíes y el lanzamiento al mercado del hachís.

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Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

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