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"Nuestro enemigo es Olano"

El Telekom termina la primera fase del Tour con un resultado espectacular y sin haber necesitado de un gran desgaste. Ese equipo, mejor dicho equipazo, está dirigido desde hace seis años por Walter Godefroot, un ex corredor belga que ganaba etapas en los tiempos de Eddy Merckx. Godefroot sufrió una tremenda humillación cuando en 1995 el Tour le obligó a hacer un equipo compartido con el ZG. Dos años después, ha tomado el mando del Tour. Es quien debe dirigir las operaciones.Pregunta: ¿Cuando llegó al Telekóm, tenía algún modelo en la cabeza?

Respuesta: Cuando llegué me dijeron los patrones alemanes que era imposible hacer un equipo con corredores alemanes. Todos se creen pequeños líderes. Pero me obstiné en conseguirlo. Me ofrecieron un contrato de un año. Les dije, vale acepto, pero se va a hacer a mi manera. De lo contrario, pedírselo a otro. Empecé año a año pero siempre con la idea de intentar arrancar un año más. Así he seguido hasta ahora, excepto que en la última renovación logré arrancarles un contrato de dos años. Había que imitar a otros grandes equipos: el ONCE tiene contrato hasta el 2000, Banesto algo parecido. El pasado año hubo muchas ofertas por Zabel, Ullrich y Riis. Les convencí de que para que no se marcharan era necesario hacer contratos más largos. Nos hemos quedado juntos y hemos formado un buen equipo.

P. ¿Qué papel jugaba Riis en su esquema? ¿Era un hombre de transición?

R. No, en absoluto. Teníamos un equipo bueno para clásicas y para sprints, pero ningún hombre para luchar por la general de las grandes vueltas. Cuando hablamos con Riis me pidió la oportunidad de apostarlo todo al Tour. Dudamos un poco al principio, estudiamos su historial (había hecho tercero en el Tour del 1995) y pensé que era capaz de volver a subir al podio. Pero no le creía capaz de ganar a Induráin.

P. ¿Aun no creía en las posibilidades de Ullrich?

R. El año pasado Ullrich no estaba entre los seleccionados para el Tour. Aun así, le incluyo en el equipo como reserva tres semanas antes del comienzo de la carrera. Quería que hiciera la Vuelta y los Juegos, pensaba que no estaba preparado para el Tour. Pero en la Vuelta a Suiza mostró tal progresión, tal capacidad, que me llamó un colega y me dijo: "Es increíble como anda". Hablo con él y le digo: puedes hacer los Juegos y la Vuelta o solamente el Tour. Y él me contestó: "Elijo el Tour". Le dije: tienes que ir con prudencia, sé que pasas bien la media montaña, en contrarreloj eres capaz de estar al nivel de los mejores, pero en la alta montaña eres una interrogación. 0 sea, que puede haber un día en el que explotes. Me dice, o.k. Perfecto, le contesto, puedes ir al Tour, puedes estar una o dos semanas y si te veo muy cansado, o te conviertes en una hipoteca para el equipo, te retiro. Bajo esa condición borré a Peter Meinert y apunté a Ullrich.

P. ¿El espíritu del Telekom es el de un equipo total, capaz de luchar por todas las clasificaciones?

R. No. Ése no es el espíritu del equipo. Tenemos a Riis y a Ullrich, que no son un problema. Son el rey y el príncipe, el príncipe que espera y lo hace todo por el rey. El problema es Zabel. Es un gran corredor, un gran sprinter que gana etapas y clásicas: sigue pensando que es el líder del equipo y lo ha sido en los momentos duros. Los tres pueden ser individualmente líderes de un equipo. Tengo que trabajar por los objetivos de Riis y Ullrich y por los objetivos de Zabel. Y ahí tengo el problema. Lo supuso a la hora de decidir el equipo para elTour. Me incliné por incluir a Lombardi, para prepararle los sprints a Zabel. Era un riesgo y, por ello, tenía miedo a la primera semana. Pero ya ha pasado, hemos ganado tres etapas y Zabel tiene el maillot verde.

P. ¿Tras trabajar para Zabel, va a estar más cansado el equipo para la segunda semana?

R. No sé. Hubo un día que tuvimos que trabajar en exceso, tuvimos que hacer 20 kilómetros en cabeza para anular una fuga en la que estaba Moncassin. Fue un error de Zabel, que no estuvo pendiente del francés cuando se escapó. Es lo más duro que hemos hecho esta semana, porque decidimos dejar libre la carrera cuando Vasseur tomó el maillot amarillo. Zabel ya sabe que ahora no vamos a trabajar para él.

P. ¿Hay clanes dentro del equipo?, ¿los hay más partidarios de Zabel que de Ullrich o Riis?

R. No. Todos los gregarios trabajan juntos. Algunos llevan varios años conmigo y conocen el espíritu de trabajar para el equipo. Bolts, por ejemplo, es un gran corredor pero sólo gana cuando no es el líder, cuando tiene que trabajar para otros. Estoy seguro de que Lombardi, que vino para trabajar por Zabel, lo hará también para ayudar a llevar a pie de los puertos a Riis y Ullrich.

P. La historia reciente del Tour dicta que todo equipo que llega con dos líderes fracasa.

R. ¡Pero nosotros sólo tenemos un líder!

P.¿Y qué pasaría si Ullrich se pusiera de amarillo tras la primera etapa de los Pirineos?.

R. Habrá que verlo, quizás Riis ataque. Yo no lo sé y si no lo sé no es mi problema. Si ocurre después, pues ya pensaré en el problema, pero no antes. Se buscan soluciones para los problemas que ocurren no para los que puedan ocurrir. Si Ullrich pasa adelante en los Pirineos, pues está muy bien, pero ahí no hay que hacer el primer balance. Hay que hacerlo después de la contrarreloj. Ahí se verá quién no ganará el Tour y comenzará la lucha para saber quién lo va a ganar.

P. Tiene un esponsor alemán. Se supone que le gustará más ver a Ullrich de amarillo. ¿Ha tenido presiones en ese sentido?

R. En los seis años que llevo en Telekom nunca se han entrometido en mis decisiones. Propongo corredores, propongo el programa y ellos siempre aceptan.

P. ¿Quién o qué es el gran enemigo de Telekom en este Tour?

R. En mi opinión hay cuatro equipos que son colectivamente superiores a los demás: ONCE, Banesto, Festina y Telekom. Pero nuestro enemigo es Olano...

P. Eso lo dice porque somos españoles.

R. No, no. Siempre que me han pedido un pronóstico he dicho, Olano y Zülle. Algunas veces he dicho también Pantani, Gotti... pero era hablar por hablar. Después, dentro de los colectivos está Festina, que tiene a Dufaux y a Virenque, tiene escaladores, pero está Banesto, que hace las mismas cosas, casi el mismo programa que con Induráin. Han demostrado en la Dauphine que sus escaladores pueden estar entre los mejores y que en los Pirineos siempre puede haber un Banesto. En lo colectivo es el mejor equipo. Tenemos también a la ONCE, que es muy fuerte, pero pueden ver lo que sucedió el pasado año, tuvo muy mala suerte. Imagínense lo que nos pasaría a nosotros si Riis se pusiera enfermo y Ullrich se cayera. Es un equipo que depende de que estén fuertes sus líderes. Quizá me equivoque, pero no tengo demasiada confianza en Jalabert. Pasa bien la media montaña, pero tiene sus límites, hasta 1.500 metros. Cuando llega la gran montaña...

P. Entonces, ¿el gran objetivo es aislar a Olano atacándole?

R. Puede ser Olano quien nos ataque a nosotros.

P. ¿Usted cree?

R. No, no lo creo. Bueno, quién sabe. Para mí lo más importante es ver lo que pasa en la primera etapa de montaña.

P. ¿Es más fuerte el Telekom este año que el pasado en la montaña?

R. Con Totschnig, sí. Pero veremos qué pasa.

P. Su equipo es el gran enemigo de todos y todos le quieren ver controlando la carrera.

R. Esa presión me la llevo sólo yo, que para eso hablo con la prensa todos los días. A los corredores sólo les dejo hablar con la prensa cinco minutos.

P. ¿Ha revolucionado Induráin el ciclismo? ¿se puede hablar de un ciclismo antes y después de Induráin?

R. Él ha dominado a su manera, pero todos los grandes han hecho lo mismo. No conozco a Induráin, bueno le conozco muy bien sólo como ciclista. Y es que está Echávarri, que tomó la responsabilidad de dirigirlo. Es él el que piensa, el que dispone de todos los medios para alcanzar el resultado. Es por eso que pienso que Olano es nuestro principal rival.

P. Es como decir que Echávarri es el maestro del ciclismo.

R. Es el maestro de su equipo.

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