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El PSUC suspende de forma indefinida sus relaciones con el PCE

La crisis abierta entre IU e IC ha terminado por hacer estallar las relaciones entre: el PSUC y el PCE. La ruptura se consumó ayer, cuando al comité federal del Partido Comunista de España asistieron representantes del sector crítico del partido catalán, mientras que no lo hacían los representantes nombrados por la dirección, en protesta, precisamente, por la presencia del bando minoritario. La dirección del PSUC emitió un comunicado en el que anuncia que suspende las relaciones con el hasta ayer "partido hermano".

En otros tiempos, el entonces secretario general del PSUC, Gregorio López Raimundo, empleaba su tiempo en comisaría en explicar a los policías la teoría de la naranja. Los gajos saben igual, pertenecen al mismo fruto, pero son distintos. Así ocurría con el PCE y el PSUC. A juzgar por lo ocurrido en esta semana, ya no son la misma naranja. El PCE aprobó ayer un documento en el que se afirma que ya no hay coincidencia ideológica entre ambos partidos y, por tanto, que el PSUC no representa al PCE en Cataluña. La consecuencia lógica, adoptada en la misma resolución, es buscar otro aliado y ése no es otro que un sector minoritario en el partido tras el último congreso.El último congreso del PSUC fue ganado claramente por el bloque que encabeza Rafael Ribó y que propugna la congelación del partido como tal, al considerar que la actividad política la realizan sus militantes desde Iniciativa per Catalunya (IC). Frente a esta postura, los militantes organizados en tomo al Manifiesto por el PSUC reclaman un partido vivo y activo, dentro de IC.

El PCE, cuyo secretario general, Julio Anguita, asistió al congreso del PSUC, decidió que la nueva dirección no representa el proyecto comunista, dado que no hay "identidad en la concepción del partido" y que "la relación del PSUC con IC poco tiene que ver con la que se establece entre el PCE e IU".

El PCE abrió los brazos al sector minoritario y cursó una invitación a los minoritarios para que tres miembros de la fracción, Antoni Lucchetti, Ferran Gallego y Alfred Clemente, asistieran al comité federal convocado para ayer. Esto provocó un hondo malestar en la dirección del PSUC, que, sin embargo, trató de recomponer la situación forzando una reunión en Madrid que se celebró el pasado 10 de julio. Francisco Frutos, Manuel Monereo y Víctor Díaz-Cardiel, por el PCE, se reunieron con Salvador Goya y Joaquim Mestre, del PSUC. En vano. La dirección comunista mantuvo la invitación a los disidentes. La ejecutiva del PSUC, ante ello, decidió no asistir al comité federal al considerar que su delegación, "elegida democráticamente", no podía recibir el mismo trato que los desginados a dedo por el PCE. Ayer, él PSUC emitió un comunicado en el que, por una parte, tendía un puente al diálogo para recomponer la situación; por otro, acusaba a los críticos del partido de actuar como una sucursal de Julio Anguita.

La tesis que subyace a la actitud del PCE es que tras la actuación de Rafael Ribó se adivina una estrategia, inspirada por los socialistas, destinada a erosionar el voto de Izquierda Unida. IC, como IU en Galicia o en Valencia, estaría actuando como un submarino del PSOE, en detrimento de la "verdadera izquierda".

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