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Molina bate la marca de 5.000 en una gran reunión

Santiago Segurola

Tres días después de que Manuel Pancorbo conquistara el récord europeo de 3.000 metros, Enrique Molina batió en Estocolmo la marca española de 5.000 metros, con 13.07.32 minutos. El registro mejora en casi un segundo el récord (13.08.30) que realizó Anacleto Jiménez el pasado mes de junio en Roma. Fermín Cacho fue octavo en 1.500, con 3.34.26 minutos. La carrera fue dominada por el marroquí El Guerrouj, con 3.29.30m.Molina, de 29 años, pretende convertirse en el mejor entre los especialistas no nacidos en Africa. Fue séptimo en Estocolmo, tras una carrera extraña, diseñada para el joven keniano Daniel Komen, que pretendía batir el récord mundial del etíope Haile Gebreselassie. Pero Komen, cuyas posibilidades son excepcionales, atraviesa un mal momento. El viernes, en Oslo, ganó pero flaqueó en los 3.000 metros. En Estocolmo se clavó de forma irremediable. En el tercer kilómetro, cuando se decidió a lanzar el ataque, sacó una decena de metros a sus compatriotas Tom Nyariki y Paul Koech. Pero de repente su paso se volvió cansino. Fue soprepasado por los dos kenianos y por el marroquí Sghir. Por detrás, el estadounidense Bob Kennedy, el alemán Dieter Baumann y Enrique Molina ventilaban la otra pugna, ajena a las estrellas africanas.Ganó Nyariki, con la muy respetable marca de 12.55.9m, y Kennedy batí¿> al español en la llegada. Pero Molina conquistó el récord nacional y prosiguió con el excelente monólogo de los fondistas españoles esta temporada.

Además del excepcional registro de Kipketer en 800 metros, se consiguieron varias mejores marcas mundiales del año. En las pruebas de velocidad resurgió el joven y compacto Ato Boldon, que ganó los 100 metros con 9,95 segundos y los 200 con 19,82 segundos. Pero en los dos casos estuvo apretado por Maurice Greene, la gran esperanza estadounidense. Greene hizo 10,01 y 19,86. La marca de Greene en los 200 metros es de cuidado, porque apenas tiene experiencia en la distancia.

Lo mismo sucede con Marion Jones, la velocista que está dispuesta a tomar el relevo de Gweri Torrence y Gail Devers. Después de tres años alejada de las pistas, tras dedicarse a jugar al baloncesto en la universidad de North Carolina, Jones ha regresado al atletismo como un huracán. Es un talento puro, todavía sin pulir, con defectos apreciable, pero con unas condiciones que volvieron a acreditarse en Estocolmo, donde arrasó en la prueba de 200 metros. Realizó un tiempo de 22,16 segundos, su mejor marca personal y la mejor del mundo esta temporada.

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