Matteo Tosatto

El Tour es un gran teatro y los 198 corredores que lo iniciaron son sus actores. Están los protagonistas, de los que sabemos casi todo; los secundarios, cuyos nombres casi todos se saben; y también están los anónimos, la gran mayoría. Son los sujetos perdidos del pelotón, los desconocidos que también corren el Tour. Y que también tienen una historia que contar.El dorsal número 49 corresponde a un verdadero desconocido, un ciclista italiano llamado Matteo Tosatto. "¿Matteo Tosatto? ¿Quieres hablar con Matteo Tosatto?", pregunta extrañado Angelo Zomegnan, el pope ciclista de la Gazzetta dello Sport. "Fíjate si será desconocido que ni yo sé nada de él". "Le reconozco si le veo", dice otro colega suyo, "Pero no me preguntes su vida".

El dorsal 49 le delata. Un chaval alto y rubio de 23 años, perdido entre la aglomeración de gente. Su primer día en su primer Tour. Nació en Treviso, en el Véneto, una región ciclista por excelencia. "Mi padre quería que fuera ciclista", dice el corredor, "y me compró una bicicleta de carreras a los nueve años. Era una bicicleta buena, una Wieler Triestina, la misma marca que usa ahora Pantani". Tosatto, tímido y de pocas palabras, se embala cuando empieza a desgranar su palmarés, como si entregara su tarjeta de presentación. "Gané mi primera carrera a los 11 años. Claro que me acuerdo de cómo fue: una fuga en solitario. Después estuve cuatro años como aficionado, donde logré 11 triunfos".

¿Qué pinta en el Tour? "Estoy aquí para coger experiencia", dice. "Claro que sueno con victorias, pero llegarán más tarde". Un producto típico para la escuela Ferretti, el estilo único creado por su director en el MG. Sólo falta preguntarle por Tosatto para que el viejo director se anime. "Ah, Matteo, Gran temperamento, gran coraje. Un pasista, no sube bien, no contrarrelojea bien, no es un buen sprinter, pero va a todas partes. Le he traído al Tour en su primer año profesional porque un corredor valiente no puede perder tiempo en adquirir experiencia". "¿Sabes lo que le dije ayer en la habitación?", te dice mientras con un brazo agarra al ciclista y le hace escuchar, colorado como un tomate. "Le dije, estáte tranquilo sobre todo observa mucho: aprende a conocer la carrera,, * Ferretti se anima y se lanza a la metáfora: "Matteo no conoce el peligro del Tour, no sabe lo que hay delante. Es como el mar, hay que respetarlo. No se puede uno lanzar a mar abierto en una barquita. Al Tour tampoco se puede llegar pensando que el primer kilómetro es el último, que la última etapa es la última. Es lo que quiero que aprenda".

Y seguro que en sólo 192 kilómetros, los de la primera etapa, Tosatto adquirió más experiencia que en todos los años que lleva sobre la bicicleta. Y bien que debió observar. Por lo menos fue de los 64 que evitaron la caída general. Camino lleva de dejar de ser un sujeto perdido.