Museos

Durante un viaje en tren he tenido la oportunidad de leer un reportaje sobre París y sus museos, lo que me trae recuerdos agradables de mis visitas a esta ciudad y un inevitable sentimiento de envidia. Porque París, durante los últimos lustros, ha unido el cariño por sus museos a cuidadosos planes de renovación, que han dado como resultado la diversidad y calidad de sus museos, cuidando tanto el contenido como el continente. Desde la tranquilidad de la antigüedad galorromana del Cluny, pasando por el clasicismo del Louvre y las maravillas del Carnavalet, hasta la modernidad de Orsay. Aquí seguimos empeñados en polémicas como la de sacar el Museo del Ejército desde su sede centenaria del Buen Retiro. Según parece, por decisión de altas instancias de nuestro Gobierno. Es decir, en lugar de cuidar, ampliar o renovar nuestros museos, podemos permitirnos el lujo de privar a nuestra capital de uno de los museos románticos e históricos más importantes de Europa, vital para el estudio y la divulgación de una imprescindible faceta de la realidad de nuestro pueblo. Preguntemos a cualquier investigador o a cualquier visitante medianamente interesado por nuestra cultura, qué ventaja ve en, suprimir de Madrid el museo, reduciendo, además, en calidad y cantidad la oferta cultural de la ciudad, para trasladarlo a otra localidad, saturada de ella,¿Cómo puede siquiera plantearse el traslado fuera de la capital de un museo nacional? ¿Por qué se ignoran nuevamente las directrices internacionales sobre archivos y Museos históricos? ¿Desde cuándo se mide la importancia cultural o histórica de algo por su número de visitantes?

Señor alcalde de Madrid, con traslado al Conde Duque o sin él, ánimo en su empeño y tratemos de evitar este propósito.-