Yugoslavia se enfrentará a Italia en la final

Un parcial de 13-5 frente a Rusia en los últimos ocho minutos le dio a Italia el pase a la final y su 16 a victoria consecutiva, ocho en los amistosos de preparación y los ocho partidos disputados en el Eurobasket. Italia, que ganó 67-65, se medirá en la final a los actuales campeones, Yugoslavia, a los que ya derrotaron en la, primera fase del torneo (74-69). La victoria de los italianos -que desde que fueran medalla de platá en 1991 habían estado apartados por completo de la élite- fue lograda en un final agónico y después de haber logrado una titánica labor de desgaste ante un equipo ruso que bregó como nunca.

Las faltas de Mijalilov y Babkov, la nula aportación de éste último, la irregularidad de Fetisov y la superioridad italiana en el rebote decantó la balanza para Italia que llego a tener el partido cuesta arriba (50-58). Pero en los momentos decisivos salió a relucir la enorme clase de Myers -sólo 5 puntos en el primer tiempo- y el perfecto engranaje que ha conseguido implantar en la selección italiana Ettore Messina. El final del primer tiempo ya supuso un duro revés para los rusos que en un abrir y- cerrar de ojos vieron como se les esfumó una Ventaja de 10 puntos y Mijailov sumaba su cuarta falta.

Sin opción

Yugoslavia no le dio la menor opción (88-80) a una Grecia que llegaba imbatida a la semifinal.Muchos reparos se le puede hacer al equipo yugoslavo sobre todo por su nula predisposición a hacer un uso lúdico de su arsenal. Pero nadie puede negarle un pragmatismo a prueba de bomba. No hay jugada que se deje a la improvisación y el talento sólo se valora como tal cuando se arrodilla ante las necesidades puntuales del grupo. Grecia, sencillamente, tuvo que claudicar después de que los yugoslavos se recuperaran de su única y fugaz ofuscación ante una defensa en zona que cambió el marcador de un 26-13 a un empate a 28. Al margen de ese momento, el resto del partido fue por delante Yugoslavia, que se manejó, con serenidad.