_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Anguita

Cuando se haga el balance de la etapa de Anguita al frente del PCE y de IU habrá que abrirse paso por una maraña de desinfórmación y tergiversación del personaje aprovechándose de su pasmosa voluntad de punching. Anguita carece de percepción mediática, y eso es grave cuando no se dispone de medios de comunicación propios para ofrecer correcciones o alternativas a la imagen que te construyen los otros. Podrá responder Anguita que su reino no es el de la opinión, sino el de la sabiduría, y adiós muy buenas. Pero las acciones de IU cotizan en Bolsa, es un decir. Las propuestas de IU pasan por el supermercado ficticio de las diferencias ideológicas y estratégicas y han de tener en cuenta la competencia desleal de los estuches mejor diseñados, aunque a veces estén vacíos. Anguita parece exclusivamente diseñado por sí mismo, y al mérito de lo auténtico conviene restarle el demérito de lo indigerible.Cuando dejó la alcaldía de Córdoba por la secretaría del PCE y la presidencia de IU, Anguita ofrecía la frescura de cabeza y lenguaje de un hombre de izquierdas que no tenía nada que perdonarse. Casi 10 años después, Julio ha acabado apresado por el diseño de sus peores amigos y más capaces enemigos, diseño interesado de un místico obsoleto que todo lo repite tres veces: Sanctus, Sanctus, Sanetus. Hay quien muere de éxito y hay quien muere de rigidez, prestando el flaco servicio de esculpir ideas muy válidas en mármol de lápida. Si algún día Julio Anguita hablara en verso libre, y no en octosílabos, estaría en condiciones de romper el maleficio de la silueta de mármol en la que le han apresado.

Cuando Anguita insiste: programa, programa, programa, está avisándonos de que detrás de su caricatura manipulada hay un proyecto válido. Entonces, ¿por qué no se quita la caricatura?

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_