La final de la Copa del Rey acabó con 80 heridos entre los aficionados verdiblancos y azulgrana
El parte de incidencias de la final de la Copa del Rey, celebrada ayer en Madrid, registro 80 heridos, según el Samur.La invasión de aficionados béticos y azulgrana en las calles de Madrid originó, a lo largo de todo el día, diversos altercados. El momento de mayor tensión se produjo a las 14:00 tras un enfrentamiento verbal entre grupos radicales de ambos equipos. Hubo atropellos en la Castellana y peleas en tomo al estadio Santiago Bernabeu. En otros lugares, como el Museo del Prado o el Parque de Atracciones, reinó la paz y aumentó el número de asistentes.
Los seguidores del Barcelona fueron más madrugadores que los béticos. A las ocho y media de la mañana comenzaron a llegar al paseo de la Castellana cientos de autocares que habían salido la noche antes de la ciudad Condal. "No hemos dormido nada. Hemos pasado todo el viaje viendo películas", señaló María, una ferviente socia del Barça. Al apearse del autobús, la mayoría de hinchas azulgrana escondían sus bufandas y camisetas del club. "Es que pensamos que en Madrid no íbamos a ser bien recibidos", decía Andreu, otro aficionado del club catalán.A las diez de la mañana emergió la marea verdiblanca en las orillas del estadio Bernabeu.
Los seguidores béticos, bulliciosos y divertidos, empezaron a gritar desde muy temprano. "Musho Betis, Musho Betis, Eh, Eh", entonaban sin descanso. Los hinchas verdiblancos exhibían ufanos sus bufandas y camisetas con el nombre del jugador Alfonso. "Esta noche va correr hasta la Cibeles", decía Emilio, de la bética peña Guadalquivir. Fernando, un mecánico de 47 años, era uno de los pocos aficionados que estuvo presente hace dos décadas en la última final copera del Betis: "Esto es impresionante comparado con aquello.Yo soy amante del fútbol y jamás recuerdo un apoyo tan masivo con un equipo"
El zoológico madrileño ofreció a los seguidores del Betis un servicio especial para trasladarles al parque mientras llegaba la hora del partido. "Con pagar la entrada les llevamos ahora y les traemos a la tarde", señaló Jorge San José, portavoz del parque zoológico. "También por su cuenta han venido un montón, y si hubiera hecho mejor día, seguro que estaría a rebosar", agregó. En el Parque de Atracciones, en el Museo de Cera y en el Retiro brillaban los colores verdiblancos sobre los de los seguidores azulgranas.
El Museo del Prado también tuvo un día agitado. "Ha venido mucha gente", dijo un portavoz del museo. "Lo que no te puedo decir es que la causa sea el partido, aunque nos imaginamos que ha influido bastante". En la puerta del Sol y la plaza Mayor se vivió con frenesí el partido. Hinchas de uno y otro equipo se cruzaban duelos dialécticos. "Barça, Barsa, Baaaaaarsa", entonaba un grupo de jóvenes. Los béticos replicaban: "Mieeeerda".
Al final, ganó el Barcelona y sus seguidores saborearon con gusto un título en un campo siempre enemigo. Los aficionados béticos abandonaron el estadio con lágrimas en los ojos. Pero la tranquilidad reinó anoche en Neptuno y Cibeles.
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