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La mayoría de las últimas reyertas mortales se desataron por naderías

Una moneda de 500 pesetas, una mirada a destiempo o la preferencia de paso en una acera han desencadenado en los últimos años varias reyertas mortales entre jóvenes. Cuando las autoridades políticas y policiales se ufanaban hace unos meses de la bajada en los índices de violencia juvenil, el crimen de Majadahonda ocurrido ayer ha devuelto a la realidad un problema que desde hace varios años denuncian distintas asociaciones.

La violencia juvenil más despiadada y absurda ha llevado ya a la tumba, en poco más de dos años, a seis jóvenes madrileños. Bajo tierra están ya, casi todos por cuchilladas en el corazón, Ricardo Rodríguez, David Martín, David González, David Afonso y Alberto Guindo. Y hoy está previsto el entierro de Fernando Bertolá, última víctima madrileña de la violencia juvenil. Éstas son sus historias.Ricardo Rodríquez. El llamado crimen de Costa Polvoranca, que costó la vida de una cuchillada en el corazón al joven de Alcorcón Ricardo Rodríguez, de 20 años, inauguró, el 21 de mayo de 1995, una espiral de crímenes con la violencia rapada o ultra como mano ejecutora. José Cristóbal Martínez Castejón, El Mallorquín, fue condenado reciente mente por la Audiencia Provincial de Madrid a 23 años de cárcel como autor de la cuchillada que atravesó el corazón de Ricardo. Luego, ya inerte, fue pisotea do en el suelo. El Mallorquín y varios de los jóvenes que le acompañaban la noche del crimen de Costa Polvoranca estaban considerados por la policía como miembros del grupúsculo neonazi Bases Autónomas, adscritos a la sección Bases Autónomas. El tribunal que juzgó a El Mallorquín (en la actualidad encarcelado) consideró en la sentencia que la muerte de Ricardo se produjo durante una desigual reyerta des encadenada por una simple mira da entre los miembros de dos tribus urbanas.

David Martín. También ha recaído ya una condena de 10 años de prisión contra Miguel Ángel Castellanos, de 17 años cuando ocurrió el crimen, cabecilla de la llamada banda de Los Pastilleros.

Una banda que todos los fines de semana tenía atemorizada, a fuerza de palizas, a gran parte de la juventud de Arganda del Rey. El 14 de octubre de 1995 tuvo la mala fortuna de toparse con esta banda un joven deportista de Pinto que se había desplazado hasta Arganda con un grupo de amigos en busca de diversión. David Martín, de 20 años, murió pisoteado en la cabeza y otras partes del cuerpo a las puertas de una discoteca de esta localidad, ante la impotente y temerosa mirada de una decena de jóvenes de esta localidad. Una simple mirada de David desató las iras de Los Pastilleros. El tribunal que les condenó no halló razones para etiquetar a sus miembros como ultras, si bien algunas pintadas racistas y xenófobas halladas en Arganda llevaban el sello de Los Pastilleros, según dijeron algunos vecinos tras el crimen.

David González. El 20 de enero de 1996, otro navajazo, también en el pecho, como el propinado por El Mallorquín a Ricardo Rodríguez en Costa Polvoranca, segó la vida de otro David. Este apellidado González Rubio. Su edad, 20 años. En este caso el escenario fue el palseo de Moret, en el distrito de Moncloa. Antes de ser asesinado, David González fue empujado violentamente por dos jóvenes al grito de "¡Arriba España!". La víctima y tres de sus amigos se enfrentaron a los provocadores. No entendían el motivo del injustificado empujón. Durante el enfrentamiento, David recibió el mortal navajazo. Testigos de la agresión definieron a los agresores como nacional-bakaladeros. De momento, todo se ha quedado en esa simple definición, ya que la policía no ha podido identificar aún a los autores de esta muerte. De todas las de este tipo ocurridas en los últimos dos años es la única que sigue sin esclarecerse.

David Afonso. En este caso sí hay detenidos, y un proceso judicial en marcha pendiente aún de juicio. Se trata de la muerte de David Afonso, de 17 años. Este muchacho, hijo de emigrantes portugueses afincados en España desde hace 22 años, encontró la muerte en el ferial de Arganzuela. Y todo por una moneda de 500 pesetas. Su muerte se produjo durante una pelea en la que intervinieron cerca de 20 muchachos, la mayoría de ellos menores de edad. La sinrazón se desató después de que un joven insultase a una amiga de Alfonso. Otra certera cuchillada en el corazón acabó con su vida. En el banquillo de los acusados se sentarán ocho jóvenes bajo la acusación de participar en la riña tumultuaria. La baja pena de cárcel que solicita el fiscal para los procesados (un año de cárcel) ha indignado a la asociación Jóvenes contra la Intolerencia.

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Alberto Guindo. Veintiún años contaba Alberto cuando recibió un navajazo mortal en la calle del Barquillo (distrito Centro) el 1 de diciembre de 1996. Guindo acababa de salir de un bar de copas acompañado de cinco amigos cuando se cruzaron con una pareja. El hombre llevaba el pelo rapado, y ella, teñido de color rubio. Tras un cruce de insultos, derivado de un comentario de Guindo sobre el cabello de la mujer, el agresor sacó una navaja y se la clavó a Guindo en el corazón. Se lo partió. Luego se dirigió hacia su amigo Roberto Iglesias y le propinó una cuchillada en la ingle y otra en el costado izquierdo. El autor de las cuchilladas fue detenido días después en Huesca.

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