Dos equipos volcánicos
La final de Copa reúne hoy a dos equipos de carácter volcánico y, por tanto, tan capaces de salir de Chamartín como villanos o como héroes. Resulta muy difícil imaginar la retirada de cualquiera de los dos con indiferencia. Tanto el Barca como el Betis se remiten además a la competición copera para explicar un ejercicio liguero presidido por cierto desencanto. Los verdiblancos claudicaron de mala manera en sus aspiraciones de proclamarse subcampeones, y los azulgrana se rindieron al Real Madrid con una estrepitosa derrota en Alicante. Levantar la Copa sería un argumento suficiente para que ambos pudieran presumir de cerrar el curso con un examen final sin precedentes: hace 20 años que los béticos no ganan la Copa y los barcelonistas reunirían tres trofeos en un año: Supercopa, Recopa y Copa, aunque seguramente cambiarían los tres por la Liga. La incógnita está en saber cual de los dos equipos llega más cansado y harto a la final. El Barça parece más agotado mientras que al Betis se le ve ilusionado.Una cuestión de fe. La presencia de unos 80.000 aficionados verdiblancos en Madrid avala la tesis de que el Betis, además de vivir manque pierda, también aspira a ganar más que nunca para refrendar su condición de nuevo rico desde la llegada de Lopera. También el Barça se agarra a la Copa para exhibir su poderío. Eliminó al Madrid y luego al campeón, Atlético, en aquel memorable partido del 5-4, así que se exige coronar el torneo con el título.
Los antecedentes. Los enfrentamientos coperos entre ambos equipos dan la razón al Betis (4 victorias contra 3), pero el balance de Liga en este curso es descorazonador para el equipo verdiblanco: ha perdido los dos partidos por goleada (2-4 y 3-0).
Entrenadores. Serra Ferrer dejará el banquillo del Betis y Robson el del Barcelona para reencontrarse ambos en un despacho del Camp Nou como técnicos auxiliares. Uno y otro entrenador quieren ganar para reivindicar su categoría en un último acto de servicio.
El juego. La ausencia de Ronaldo, un futbolista que simplificaba el juego, convierte al Barça en un equipo laberíntico. La ausencia de un trabajo táctico y de una organización de equipo estable deja al grupo en manos de los biorritmos de Guardiola, Iván y Figo y de la capacidad de intimidación de Luis Enrique, decisivo en los dos choques jugados ante el Betis. El asturiano podría jugar a rebujo de Pizzi, para aprovechar el trabajo físico del ariete, mientras, Stoichkov le daría agresividad al ataque como puntero izquierdo. El Betis no tiene tampoco problemas ofensivos: dispone de dos de los mejores centradores del campeonato (Finidi y Jarni) y de un finalizador (Alfonso), así como de un punto de referencia (Alexis). El problema, al igual que el Barçeeeeea, está del medio campo para atrás. Serra Ferrer ha tenido muchos problemas con el lateral izquierdo y Robson con los dos centrales.
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