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Entrevista:

"Madrid tiene un humor muy urbano"

Mariano Rebolo nació hace 40 años en Badajoz, pero se considera madrileño de adopción, ya que vino siendo un mocoso a vivir a Navalcarnero. Pensó dedicarse al rock y al blues y, de hecho, fundó un par de grupos. Escasos de presupuesto, llevaban parte de la música programada, para ahorrar en sueldos, y así, mientras la precaria tecnología se reprogramaba entre canción y canción, Mariano entretenía al público para que no abandonara la sala. El final se puede imaginar: eran más celebradas las ocurrencias del cantante que la música en sí. Esto, unido a que de pequeño era el gracioso de la familia que contaba chistes ante las visitas, le con venció para dedicarse al humor. Conocido ahora como Mariano Mariano, es famoso por poner cada noche del sábado, encaramado en su par de muletas, el contrapunto humorístico y de "buen rollo" a los exabruptos y violencia ver bal del padre Apeles y compañía en el televisivo debate Moros y cristianos, pero lleva de trás una larga carrera haciendo reír en radio -primero en la COPE, luego en Las mañanas de Radio Nacional y últimamente en La ventana de la SER- y en multitud de loca les madrileños. Sus agudas cómicas y visiones de la vida cotidiana y la política se pueden apreciar todos los martes de junio en un pequeño café de Madrid.Pregunta. ¿Le ha cambiado mucho la tele?

Respuesta. La tele tiene un problema, ya no puedes ir por ahí a hacer maldades, pues te pillan. Y a mí, como voy más lento por razones obvias, me atrapan siempre.

P. ¿Hace humor también de su minusvalía?

R. Se puede hacer humor con todo, aunque no me gustan los chistes racistas ni que saquen los defectos físicos, pero si a o e mis muletas es para decir que en Madrid los que son como yo sufrimos muchas barreras arquitectónicas, por eso salgo poco a los saraos. Eso se lo dejo al padre Apeles.

P. Pero, ahora que es famoso la gente le ayudará, ¿no?

R. Sí, y lo agradezco. Me paran en el aeropuerto, me ayudan a subir escaleras... pero todo ese esfuerzo se podría haber ahorrado si antes hubieran colocado rampas. Lo que no me gusta es esa compasión falsa cuando oigo "hay que ver con lo mal que está el chaval y lo bien que cuenta los chistes". Como si eso tuviera que ver.

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P ¿Y todo el rato están riéndose?

R. Todo el rato es imposible, pero aquí, en Madrid, una ciudad tan cosmopolita y variada, me entienden muy bien el rollo. En general, Madrid tiene mucho sentido del humor, un humor muy cheli, muy urbano, que no se da en otros lugares. Aquí siempre consigo la complicidad total con el público.

Mariano Mariano, todos los martes del mes de junio en el café Salón del Prado (calle del Prado, 4; metro Sevilla), a las 22.30. Entrada libre.

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