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EL AGRIDULCE DÍA DESPUÉS

El campeón, uno a uno

El Real Madrid, un equipo corto de efectivos y largo de talento

Santiago Segurola

El Madrid ha manejado una plantilla larga, pero Capello ha utilizado a pocos jugadores, según el criterio que mantiene sobre las carencias de los suplentos. Estos son los jugadores que han contribuido de manera decisiva a la conquista del título.ILLGNER. Llegó después de las dudas que plantearon Buyo y Cañizares durante la pretemporada. Alto y grande, sin embargo no aseguró el juego aéreo. Antimolina: juega en su área pequeña. Más ágil de lo que se supone en un portero de tanto tamaño. Débil en el juego con el pie. Su principal mérito ha sido la regularidad. Probablemente no ha ganado ningún partido, pero tampoco lo ha perdido.

PANUCCI. Secretario provocaba pánico en Chamartín y Capello llamó a Panucci. Jugó con el aire profesional de los defensas italianos, pero nunca ha parecido infranqueable. Buen cabeceador en ataque. Poco productivo en sus escasas incursiones. Demasiado acostumbrado a tirar centros irrelevantes. Su pegada con la derecha sirvió como una de las principales opciones en la salida de juego del Madrid.

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HIERRO. Uno de los jugadores del año. Central, aunque haya gente que le prefiere en el medio campo. También a Hierro le gusta jugar más adelante. Por lo visto no sabe que es uno de los mejores centrales del mundo. Adivina, sale con la pelota limpia, la desplaza con precisión, cabecea, impone y ha sacado algún rasgo de líder. Y ha marcado goles importantes, como cada temporada. Su falta de explosividad le limita en los achiques, de los que desconfía.

ALKORTA. Ha sido su mejor temporada en el Madrid. Aunque su tendencia impulsiva le lleva en ocasiones a ejecutar acciones irreflexivas, su progresión ha sido notable. En el último tramo ha jugado con gran concentración. Mantiene la velocidad y el vigor. Aunque le gustan los marcajes específicos, se ha adaptado a las exigencias de la defensa zonal.

ROBERTO CARLOS. Uno de los favoritos de la hinchada. Explosivo en la carrera y en el remate. Gran recorrido. Expansivo en un equipo demasiado hermético. Proclive a la demagogia. Algunas lacras defensivas. Ha sufrido cuando los extremos le han recortado hacia dentro: Figo, por ejemplo. Pero su concurso ha sido decisivo en goles -cinco-, últimos pases y en su carácter contagioso.

VÍCTOR. Llegó de puntillas, alcanzó el cénit frente al Barcelona en Chamartín y ha sufrido una regresión en los últimos partidos. Pero su temporada ha sido estimable. Más aún cuando se le tenía por un jugador de poco carácter, de tendencia individualista y sin un papel definido. Notable esfuerzo por asumir todas las obligaciones de los interiores de ahora: largo recorrido, ayudas defensivas, llegada a los rechaces. Le ha faltado capacidad para desequilibrar. Ha funcionado como recurso de emergencia.

SEEDORF. Jugador dinámico, con capacidad de quite y de desborde. Trabaja de área a área. Capello le ha utilizado preferentemente como medio centro, donde su laboriosidad está contestada por un punto de confusión en su juego. Donde ha funcionado de verdad es como interior derecha: allí se advierten mejor todas sus cualidades, incluida la llegada. Parece una contradicción, pero no lo es: un gran jugador complementario.

REDONDO. La vida al revés. De las galeras a los altares. Se han valorado aspectos que siempre ha tenido -la recuperación, su implicación en el juego, el carácter-, pero ha perdido su principal seña distintiva -la relación con la pelota- en un sistema que desprecia el fútbol en el medio campo. La contradicción es que ha. rebajado su perfil y al personal le ha encantado.

RAÚL. Decisivo y consagrado. Por fin recibió el reconocimiento de Chamartín, hasta ahora más alfonsista que raulista. Sobre el papel jugó en un posición antinatural -como interior izquierda-, pero su interés por entrar por la media punta ha resultado determinante para dar algo de variedad al lineal juego madridista. Por lo demás, todo sigue ahí: el gol, su capacidad desequilibrante, su aparición en los grandes momentos, la tenacidad, la intuición, el pase... Un grande que protagonizó en el Manzanares una de las actuaciones inolvidables de la temporada.

MIJATOVIC. Un delantero excepcional que ha sido pagano de un sistema que penaliza a tipos como Mijatovic. Ha tenido que pinchar demasiados pelotazos en condiciones dificilísimas y ha estado poco tiempo en contacto con la pelota. No ha parecido un futbolista feliz. Pero incluso en la hostilidad del sistema, Mijatovic se ha mostrado como uno de los mejores jugadores de Europa: rápido, punzante, con desborde, tiro e intuición. Ha anotado algún gol menos de lo previsto, pero su cuota es interesante: 14, sin lanzar penaltis. En cualquier caso, un futbolista espléndido.

SUKER. 24 goles hablan de su ración habitual cada temporada. Desde este punto de vista, su contribución ha sido notable. Tampoco se discute su clase, que se advierte en fogonazos memorables, como aquel gol a la Real en Chamartín. Pero su trayectoria ha sido descendente. En el plano físico se le ha visto pesadote, como descuidado, cada vez con menos capacidad para el esfuerzo en las distancias cortas -le ha costado irse en el uno contra uno- como en la contribución al trabajo colectivo. Su relación con Capello, que no le aguanta, ha sido tempestuosa.

SANCHÍS. El problema de este futbolista formidable está en los prejuicios de la gente. No cae simpático a la prensa y a buena parte de la hinchada. Pero en realidad es una delicia de jugador, tan sobrado de recursos que terminó por entrar en el medio campo y realizó algunos partidos magníficos.

CHENDO. Nunca falló cuando se le necesitó. Eso habla de un lateral que en sus mejores tiempos fue uno de los mejores de Europa. Todavía se mantiene vigente y a veces ofrece cursos en el marcaje y en el cierre de las jugadas.

SECRETARIO. Un futbolista sobrepasado por la magnitud del club, del equipo y de la gente. El pim pam pum de la hinchada. Eso no cambia: todos los años hay un Secretario en Chamartín.

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