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Entrevista:LUZ DE GAS

"Por el placer de robar, robaría coches"

Como un ciclón, como un estallido mundial, como un chico de 22 años y 1,90 metros, en dos años desdibujó la perplejidad ambiente y dijo quién era: de su primer disco, Enrique Iglesias, seis millones de discos desaparecidos; de su segunda creación, Vivir, en cuatro meses de vida, más de cuatro millones. En Estados Unidos, en mayo último, ofreció los recitales de más taquilla, fue número uno de popularidad en radio, y semanas antes recibió, como el mejor intérprete del pop latino, un Grammy, el Oscar de la música que los americanos le entregaron en la sede mítica de los mitos, el Madison Square Garden de Nueva York. Escribe sus canciones, compone su música y más de 75 toneladas de escenografía lo acompañan viajando en un jumbo. El 28 inmediato se plantará en Zaragoza por la senda de su primera gira mundial en vivo.Pregunta. Hace días, en Chicago, su madre le vio cantar por primera vez, ¿qué le dijo?

Respuesta. "¡Maravilloso!". Pero es mi madre.

P. Llegar a España y ver mataselladas las paredes con su imagen, ¿qué le dice?

R. Que están gastando dinero en promoción.

P. ¿Aspira a ser mundial?

R. Ya suena mi música en los ascensores de Taiwan.

P. ¿Juega al fútbol?

R. Ahora no, ahora duermo para divertirme.

P. ¿Sabe de fútbol?

R. No mucho. Sólo si juega la selección española.

P. ¿Es español?

R. Mi cultura, mi sangre, mis padres, son españoles. Luego soy español.

P. ¿Tiene una idea sobre el quijotismo?

R. ¡Por favor! Me lo hicieron leer de arriba abajo.

P. ¿Entiende a las mujeres?

R. No, nadie las entiende.

P. ¿Qué es una mujer?

R. Lo más bonito que ha creado Dios.

P. A su padre lo invitó Clinton a cantar en la Casa Blanca el día de la toma (le poder de su segundo mandato: ¿lo envidió?

R. A mí también me invitaron.

P. ¿Ha soñado ya?

R. Más que nadie, soy un soñador.

P. ¿Ha susurrado, gratis, una canción en la oreja a una señorita?

R. Sí, pero le cobré.

P. ¿Qué le gusta de España?

R. La gente, la comida, la alegría, el sol y la música.P. ¿Qué le disgusta más?

R. A veces deberíamos defender más lo nuestro.

P. ¿Qué come?

R. De todo.

P. ¿Qué bebe?

R. Agua.

P. ¿Qué reza?

R. El padrenuestro... Y mucho.

P. ¿Es católico?

R. Sí.

P. ¿Se ve más guapo que Dios?

R. Dios es mi mejor amigo.

P. ¿Por qué canta?

R. Es mi forma de expresión.

P. ¿Está de moda o es un filón?

R. Soy un filón. ¿Hay algo peor que el cantante de moda?

P. Estéticamente, ¿le gustan más los billetes en pesetas o en dólares?

R. La peseta es más bonita.

P. Le recuerdo, hace poco, cuando se acercaba a saludar a su padre en el camerino, al final del concierto, como un niño buenecito: ¿reía por dentro?

R. Me descojonaba.

P. ¿No le apura ser tan joven y tan triunfador?

R. Me apuraría ser mayor y perdedor.

P. ¿Cuándo acabará de cantar?

R. Cuando me muera.

P. ¿Cuándo comenzará a vivir?

R. Desde que saqué mi primer disco.

P. ¿Qué le aburre?

R. Las entrevistas.

P. ¿Le interesa tener al Papa como espectador?

R. Este año, en Navidad, cantaré en el Vaticano.

P. ¿Lee un periódico diario?

R. Sí.

P. ¿Qué le enseña?

R. Me informa.

P. ¿Qué pagaría por ser sabio?

R. Saber todo es aburrido.

P. ¿Qué robaría para comer?

R. Comida.

P. Y por el placer de robar, ¿qué robaría?

R. Por el placer de robar, robaría coches.

P. Usted es español, pero no conoció el franquismo, ni la transición, ni el felipismo, ni el aznarismo. ¿Sabe de España?

R. ¡Qué buena pregunta! España fue grande y será más.

P. ¿Le amenazan ya con la paternidad de alguna criatura?

R. Todavía no.

P. Además del apellido, ¿qué tiene en común con su padre?

R. Las patas flacas, como él, y la música en el corazón.

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