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Bravo de Laguna provoca una profunda división interna en el PP canario

El PP canario sufre una intensa tormenta que repercute en el Ejecutivo y el Parlamento isleños. Los populares, que gobiernan junto a Coalición Canaria (CC), se debaten en una división interna y una crisis institucional que ya nadie oculta. En el centro del huracán está su presidente, José Miguel Bravo de Laguna, criticado por no saber compatibilizar su condición de líder del partido con el cargo de presidente de la Cámara legislativa. Los socialistas han presentado una proposición no de ley para que se celebre un pleno con el fin de reprobar políticamente que haya llegado a insultar a un diputado, Luis Lorenzo Mata, del Grupo Mixto.

Los problemas de José Miguel Bravo de Laguna con el hasta hace poco número dos del PP, el tinerfeño Ignacio González, acabaron con la destitución de éste como secretario general y consejero del Ejecutivo. Su decisión generó un gran malestar entre los compañeros de González. A ello se unió su incidente posterior con Luis Lorenzo Mata, del Grupo Mixto, a quien llamó "hijo de puta" en la sede de la Cámara.Bravo se siente respaldado no sólo por la mayoría del PP canario sino por los órganos nacionales del partido y por José María Aznar. Aunque desde comienzos de año los rumores sobre sus diferencias con González fueron intensas, él sólo reconoció cierto alejamiento. Por eso llamó la atención que, de pronto, lo eliminase.

Además, el momento para los cambios en el Ejecutivo no parecía el más oportuno por las dificultades para sacar adelante el Régimen Económico y Fiscal en la UE. Así lo manifestó el propio presidente canario, el nacionalista Manuel Hermoso, entre otros muchos dirigentes y empresarios.

Por añadidura, Bravo volvió al primer plano cuando en un pleno del Parlamento dejó su sillón de presidente y bajó a los escaños para responder como diputado a las alusiones de Lorenzo. Tras su intervención, y a la salida del salón, Bravo le dijo: "Sóis todos unos hijos de puta".

Estas palabras provocaron un gran revuelo y llevaron a otro diputado del Grupo Mixto, Juan Padrón, a pedir la dimisión de Bravo porque "la Cámara no se merece un presidente que insulta a los diputados".

El socialista Augusto Brito también proclamó que Bravo ha quedado deslegitimado para ocupar la presidencia del Parlamento y su grupo ha presentado ahora una proposición no de ley pidiendo la celebración de un pleno con el fin de reprobarle políticamente. Aunque reglamentariamente no existe la figura de la reprobación al presidente de la Cámara, Brito y sus compañeros la ven posible mediante ese procedimiento.

Bravo, que no quiere pronunciarse sobre la iniciativa del PSOE "para no contribuir más a la crispación" y ha anunciado que cuando se tramite la propuesta en la Mesa no votará, resta importancia a su choque con Lorenzo y reitera que no piensa dimitir.

Sin embargo, la crisis del PP se ha reavivado. Así, dirigentes y cargos tinerfeños instan a Bravo a que renuncie a la presidencia del Parlamento y a la del partido porque, alegan, ha puesto en mal lugar a éste. Incluso sugieren una gestora para resolver el conflicto. Su presidente, Francisco de la Barreda, ha llegado a calificar de "cacicada impropia de partidos demócratas" la actuación de Bravo y le ha pedido expresamente que dé paso a gente joven, con ideas claras y que trabaje por los ciudadanos y no por intereses particulares y en provecho propio.

Por su parte, Bravo sigue defendiendo sus posiciones y advierte que la solución puede ser similar a la de hace cinco años, cuando fue renovada por completo la cúpula dirigente en Tenerife.

Bravo, que años atrás protagonizó un incidente en unos almacenes de Londres, fue elegido presidente del PP canario en el último congreso con el apoyo de más el 95% de los compromisarios. Tras las últimas elecciones autonómicas, fue nombrado presidente del Parlamento en virtud del pacto con CC, pero advirtió que ello no significaba renunciar a su condición de líder del PP. Esta posición le ha generado numerosas críticas, incluidas las de sus socios nacionalistas, al entender que no ha adoptado la debida actitud institucional.

Con todo, el dirigente popular suele aprovechar las ruedas de prensa posteriores a la Mesa y Junta de Portavoces para hacer declaraciones partidistas. El PP canario no ha puesto en cuestión esta actitud. Pero una diputada nacional por Las Palmas, Bernarda Barrios, que es secretaria de la Mesa del Congreso, ha criticado recientemente al portavoz de este órgano, Josep López de Lerma, de CiU, precisamente por lo mismo.

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