Pena de muerte
22.01 / DramaDead man walking. Estados Unidos, 1995. Director: Tim Robbins. Intérpretes: Susan Sarandon, Sean Penn.Robbins, en su segundo trabajo como director tras la sorprendente Ciudadano Bob Roberts. deposita el peso entero de un drama en crudo y sin abultados excesos melodramáticos sobre los rostros de Susan Sarandon y, sobre todo, de un soberbio Sean Penn. La historia real de la religiosa Helen Prejean, que se convirtió en interlocutora y consejera espiritual de un reo condenado a muerte por el asesinato de dos jóvenes, es la excusa para diseccionar los mecanismos de la barbarie. El penoso proceso que transcurre desde los primeros contactos con el penado hasta el reconocimiento de la culpabilidad y posterior ejecución se salda con una pautada narración dispuesta en línea a través de la ritual declaración de inocencia, el violento bregar con los familiares de las víctimas y la pelea judicial por la absolución.
Sólo unos certeros flashbacks en el momento cumbre y un broche a modo de arrepentimiento casi místico funcionan casi como ligeras concesiones a la galería. Por lo demás, desde la brutal y lúcida reunión de la familia del prisionero al golpe seco de la voz que anuncia "un hombre muerto andando" seguido por un plano del pañal que lleva Penn, todo rueda sin ruidosos alegatos y, lo mejor, sin cortes de publicidad anti-pena de muerte. No se diserta sobre la barbarie, Robbins se limita a mostrarla, a dejar que aflore. Un Oscar para Sarandon y un Oso de Plata para Penn adornan el que, sin duda, fue uno de los acontecimientos cinematográficos del año pasado.
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