El PP gana al PSOE en estimación de voto y pierde en intención directa
El PP y el PSOE siguen metidos en un puño en los sondeos electorales, tanto que ganaría uno u otro en función de cómo se interpretasen los datos. Mientras los socialistas se mantienen 0,8 puntos delante de los populares en intención directa de voto, el partido que lidera José María Aznar aventaja al de Felipe González en 1,8 puntos en estimación de voto, esto es, proyectando el previsible voto de los indecisos. Son los datos más relevantes del barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas de abril, dado a conocer ayer en rueda de prensa por el secretario de Relaciones con las Cortes, José María Michavila, quien resaltó los resultados del PP. Es la primera vez que el Gobierno de Aznar informa de esta forma de un barómetro político del CIS.
En el anterior barómetro del CIS, de enero, el PP aventajaba al PSOE en 0,5 puntos en estimación de voto, y los socialistas sacaban a los populares 0,1 puntos en intención directa. Con los nuevos datos, el PSOE aumenta la diferencia en 0,7 puntos en intención de voto y el PP lo hace en 1,3 puntos en estimación. El índice de error de la muestra es del 2%, lo que ha dado pie a que los socialistas interpreten el resultado de este barómetro como de empate técnico, frente a la euforia mostrada por el Gobierno. El Ejecutivo considera que ha logrado despegarse del PSOE y que supera incluso los resultados de las últimas elecciones generales.Izquierda Unida mejora su posición en estimación de voto, de un 10% a un 10,5%, mientras en intención directa de voto permanece prácticamente igual: de 6,8% al 6,7%.
Uno de los rasgos más significativos de la encuesta es la percepción de la mejora de la situación política. Para el 22,3% de los ciudadanos es buena o muy buena, cuando en enero sólo tenía esta opinión el 14,1%. Paralelamente, para un 19,4% es mala o muy mala, frente al 28,8% que así la estimaban en enero. Sin embargo, las expectativas no mejoran. Sólo un 18,7% cree que la situación política será mejor dentro de un año, cuando en la anterior consulta creía esto mismo el 19,8%. Aunque también son menos los que piensan que será peor; el 10% de los encuestados, frente al 11,9% de hace un trimestre.
El CIS consultó para este trabajo a 2.500 personas, entre el 23 y 27 de abril; es decir, antes de exacerbarse el clima político con los enfrentamientos entre Francisco Álvarez Cascos y Felipe González y entre el empresario Antonio Asensio y el portavoz del Gobierno, Miguel Ángel Rodríguez. No recoge, por tanto, el momento de mayor tensión política de la legislatura.
La mejoría política se refleja también en la valoración que los consultados hacen del Gobierno, la oposición, los líderes y los ministros. Un 30,6 de los ciudadanos estima que la actuación del Ejecutivo es buena o muy buena, frente al 23,9% de enero. Paralelamente, un 17,5% la valora de mala o muy mala, porcentaje que en la anterior consulta era del 20,3%.
La percepción de la oposición también mejora. Un 18,9% la valora de buena o muy buena., frente al 15,6% de enero, y un 27,7% la estima de mala o muy mala, frente al 30,9% del trimestre anterior.
Todos los ministros experimentan una mejoría, con la excepción del vicepresidente político Francisco Álvarez Cascos, que permanece igual, con un 4,1%, y la titular de Justicia, Margarita Mariscal, con un 4,2%. Sólo un ministro está detrás de Álvarez Cascos, el de Defensa, Eduardo Serra (4), pero incluso mejora su posición respecto a enero, cuando obtuvo un 3,6. El titular del Interior, Jaime Mayor Oreja, sigue siendo el más valorado (5,5), seguido del vicepresidente económico, Rodrigo Rato (5,1). El ministro de Trabajo, Javier Arenas (4,9), experimenta la mayor alza -un 4,4 en enero- y desplaza al titular de Exteriores, Abel Matutes (4,7).
La percepción de la situación económica ha cambiado drásticamente. Un 24% de los ciudadanos la califica de buena o muy buena, frente al 14,1% de enero, y un 21,5% de mala o muy mala, frente al 34,1% de hace un trimestre. También hay una percepción muy positiva entre los ciudadanos del acuerdo entre empresarios y sindicatos sobre la reforma laboral. Un 67,3% tiene conocimiento del hecho, y de este porcentaje otro 67,3% lo considera positivo o muy positivo. Sin embargo, los encuestados son más escépticos sobre el efecto que tendrá el acuerdo en la estabilidad del empleo y en el desempleo. Un 26,8% cree que contribuirá bastante o mucho a reducir el paro, pero un 58,3% opina que contribuirá poco o nada. Frente al 33,9% que estima que aumentará la estabilidad en el empleo, el 50,9% opina que lo hará poco o nada.
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