Corretja se corona en el Foro Itálico
El español superó a Marcelo Ríos en la final y se situó en el octavo puesto del ATP Tour
Las dudas de Alex Corretja pueden despejarse. No hay ningún motivo ya para creer que su juego no puede llevarle a ganar uno de los cuatro torneos del Grand Slam. A sus 23 años, Corretja ha acabado por demostrar que su sacrificio, su profesionalidad y su entrega en los entrenamientos son elementos fundamentales para alcanzar las cotas que algunos de sus compañeros de generación ya habían saboreado. Ayer, en la final del torneo de Roma, Corretja ganó al chileno Marcelo Ríos en tres mangas por 7-5, 7-5, 6-3 y ascendió al octavo puesto del ATP Tour, desplazando incluso a Carles Moyá y convirtiéndose en el español mejor clasificado.Fue una tacada completa: tres objetivos en 2 horas y 23 minutos y un premio que asciende a unos 47 millones de pesetas. La mirada perdida en el cielo y los brazos en alto de Álex tras el último error en el resto del chileno estaban más que justificados. Era el signo evidente de la ilusión que sentía el tenista barcelonés un momento antes de abrazarse a su entrenador, Javier Duarte; a sus padres, Lluís y Luisa, y a su novia, Marta, que ayer por la noche decidieron desplazarse a Roma para presenciar la final en directo.
El título de Roma, uno de los pocos torneos supernueve europeos y el más prestigioso de Europa tras el Roland Garros y el de Wimbledon, es el más importante en la carrera de Corretja. Anteriormente había ganado el torneo de Buenos Aires en 1994 y el de Estoril esta temporada. Es, pues, el mayor motivo de orgullo para el tenista catalán y la proclama internacional de que también para él ha llegado la hora.
Hasta ahora los jugadores más destacados de su generación le habían superado. Alberto Berasategui, su compañero inseparable en el Grupo Bimbo primero y después formando equipo con Duarte, fue el primero en descollar cuando alcanzó la final de Roland Garros -la perdió ante Bruguera- y entró en los top ten en 1994. Albert Costa cogió el mando del tenis español el año pasado y esta temporada se ha colocado también entre los 10 primeros. Félix Mantilla dio un salto espectacular en su clasificación el año pasado y ascendió del 84º hasta el l5º puesto, tras ganar en Oporto y disputar otras cuatro finales. Y Carles Moyá sobresalió el pasado mes de enero al disputar la final del Open de Australia.
"En algunos momentos Álex se extrañaba de que haciendo las cosas de una forma tan profesional como las hacía no le llegaran los éxitos", señaló ayer su madre, Luisa. "Sin embargo", prosiguió, "todos le animábamos a seguir porque estábamos convencidos de que el trabajo acabaría también por darle los mismos éxitos que a todos sus compañeros".
La explosión de Corretja tardó más. Su punto de, inflexión no se produjo, curiosamente, cuando ganó su primer torneo, sino el año pasado cuando perdió frente a Pete Sampras en los cuartos de final del Open de Estados Unidos tras haber dispuesto de una bola de partido. Fue allí donde Alex descubrió las verdaderas posibilidades de su juego y aumentó su propia credibilidad. La confirmación de aquel cambio mental ha llegado esta temporada. Cuando han llegado los torneos de tierra batida, su mejor elemento, todo el trabajo de invierno -ha realizado tres horas diarias de entrenamiento físico y tres de juego- le ha servido para elevar el tono general de su tenis. Y eso, junto con una mentalidad mucho más positiva, le ha llevado al triunfo.
La demostración palpable de su metamorfosis es que se ha convertido en el jugador que más partidos ha ganado este año en tierra batida -lleva 22 triunfos y 4 derrotas- La consecuencia es que ha ganado dos torneos, el de Estoril y el de Roma, y ha jugado otras dos finales, en Montecarlo -donde perdió con Ríos- y en Múnich -cayó ante Philippoussis-
Ayer, sin embargo, Álex cambió el curso de su historia y en vez de aceptar una honrosa derrota, como le ocurrió el año pasado tres veces y otras dos esta temporada, no se conformó. Salió a la pista convencido de que era su turno. Y superó la pérdida de su primer servicio del partido para adjudicarse la manga inicial por 7-5. En la segunda, Ríos dispuso de 5-4 y saque para ganar, pero el español le hizo dos breaks consecutivos para colocarse dos mangas arriba. Y en el tercer set Álex se situó con 5-3 y saque. Dispuso de 40-0, pero perdió las dos primeras bolas de partido y el fantasma de la derrota sobre voló otra vez su cabeza. Pero en la tercera conectó un buen servicio y el resto de Ríos se fue fuera.Corretja no llegó a llorar, pero ni sus padres ni su novia pudieron contenerse. Todos saben lo que significa este triunfo y las puertas que le abre. "La celebración será esta noche, aquí en Roma, con Berasategui y Arantxa [su novia]. Y no nos quedaremos cortos", confesó Marta. Berasategui y los padres de Carles Moyá, que cambiaron su billete, no quisieron, perderse el gran momento de Alex.
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