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Pla

Pla en Madrid. La obra de Josep Pla está muy relacionada con Madrid. También lo está con París, con Berlín, con Roma. Pero este gran escritor, uno de los mejores si no el mejor notario de su tiempo, dedicó a la capital de España algunas de sus más agudas páginas. En el centenario de su nacimiento, la Librería Blanquerna ha organizado una interesante exposición de fotografías, recuerdos y testimonios de y sobre la obra y la persona de Josep Pla. Miguel Delibes, Fernando Lázaro Carreter, Antonio Muñoz Molina, Adolfo Suárez, Francisco Umbral han clavado en las pare des de la librería sus opiniones sobre el autor de El quadern gris y su, como dice Umbral, "bien abastecida" prosa.

Cuarenta volúmenes forman la obra del solitario del Mas Pla de Llofriu que se declaraba ene migo de la soledad y a quien, de chico, según él mismo cuenta, re convenían por ser un gandul. Me fijaré en sus páginas madrileñas. Pla fue cronista de cortes y escribió cientos de páginas sobre las sesiones de los años veinte y treinta. Describe el Madrid de su época con una agudeza y un ingenio a la vez críticos y afectuosos. Pasea por la Castellana, que le encanta, bajo una luz que tiene "una claridad de diamante" y se asombra de ver los sombrerazos que se dan unos a otros los madrileños.

Contra su costumbre, se levanta pronto algún día y dice que, por las mañanas, Madrid es un funeral decaras malhumoradas y lívidas. La ciudad sólo está satisfecha y contenta después de tomar el café con leche. Sugiere Pla que una de las cosas quedarían mayor estabilidad a los regímenes políticos sería instalar en Madrid fuentes de café con leche, gratuito y perfumado.

"El Greco, Velázquez y Goya justifican, no uno, sino cien viajes a Madrid". Habla de Unamuno, Ortega, Ramón Gómez de la Serna, Camba, y en sus "paseos de incierto contribuyente" observa que en la capital "la verbosidad política puede llegar al frenesí". Algo que no ha cambiado tanto y que da vigencia actual a la anécdota que Pla cuenta del presidente de la República Figueras, cuando les dijo a partidarios y adversarios políticos: "Ya estoy hasta los cojones de todos nosotros".

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