Como siempre, Poyet salva al Zaragoza

Gustavo Poyet sigue empeñado en marcar un hito en la historia del Real Zaragoza. Lejos de desmotivarle, su inminente marcha al Chelsea londinense se ha convertido en un incentivo para el uruguayo, que también quiere ser artífice de la permanencia zaragocista. Su providencial cabeza proporcionó al Zaragoza un triunfo que se le complicó en exceso por la falta de puntería de sus delanteros y la soberbia actuación de Toni.Los jugadores de Luis Costa pusieron a prueba al guardameta españolista de todos los modos imaginables y desde todas las posiciones posibles, especialmente en los segundos 45 minutos, pero el larguero, la falta de acierto de los delanteros y Fernández Marín, que anuló dos goles a Poyet, hicieron que el público temiera por un triunfo que el equipo local mereció por su mayor calidad técnica, profundidad, empeño y llegada.

Faltaban 15 minutos. El Espanyol había renunciado a cualquier posibilidad de intimidar a Juanmi. Balones perdidos hacia la zona de Lardín se convirtieron en el único recurso atacante. Hasta que apareció, como siempre en los últimos siete años, la milagrosa cabeza de Poyet. El Espanyol intentó resolver en ese espacio lo que no había hecho en los minutos precedentes y se fue hacia arriba. Flores incluyó a Tamudo, su hombre talismán, en busca de la sorpresa, y Juanmi pasó por los instantes más difíciles, aunque el resultado no se modificó.