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Un engaño de millones de onzas

Una auditoría revela que no es oro lo que reluce en la mina indonesia presentada como la mayor del mundo

El oro resultó un espejismo que ha fulminado las ambiciones de Bre-X, una pequeña empresa minera canadiense, de los hijos del dictador indonesio Suharto e, incluso de los derechos de autor de un libro y un filme que iban a relatar la saga del hallazgo de las nuevas minas del rey Salomón: el mayor yacimiento mundial de oro situado en Busang, un recóndito lugar de la selva de Borneo. Todo ha resultado ser un engaño: el Gobierno de Yakarta busca las responsabilidades pertinentes y la Bolsa de Toronto ha suspendido la cotización de la compañía implicada en el escándalo.Todo comenzó en marzo de 1993, cuando la empresa Bre-X Minerals, de Calgary (Canadá), comenzó sus prospecciones en la región de Busang, en la isla indonesia de Borneo. Después de tres años de exploraciones, el Gobierno de Jakarta anunció a bombo y platillo que Bre-X había descubierto una mina de oro que podría contener 40 millones de onzas troy (31,1 gramos), es decir 1,224 millones de kilos.

Con esa dimensión, el yacimiento ya era comparable a los mayores de la extinta Unión Soviética. Pero en octubre de 1996 surge un problema: la sociedad canadiense Barrick, la tercera productora mundial de oro, intenta hacerse con la propiedad de la mina; el litigio se salda, en febrero de 1997, con un acuerdo por el que Bre-X mantiene el 45% del capital del yacimiento, la firma norteamericana Freeport-McMoRan Gold and Copper (grupo que compró Río Tinto Minera) se queda con el 15%, el Gobierno indonesio con el 10% y el 30% restante queda en manos de una sociedad local próxima a los hijos del presidente Suharto.

Mientras, las exploraciones del yacimiento no hacen sino proporcionar buenas noticias. E1,17 de febrero, Bre-X anuncia que la mina de Busang contiene 71 millones de onzas (2,2 millones de kilos), cifra que el presidente de la firma canadiense, David Walsh, eleva a 200 millones de onzas (6,219 millones de kilos). Se trataría, sin duda, del mayor yacimiento de oro conocido en el mundo.

La saga no había hecho más que comenzar. El 21 de marzo, comienzan a surgir fuertes rumores sobre la posibilidad de que el yacimiento indonesio estuviera muy sobrevalorado. Y es que dos días antes uno de los jefes geólogos de Bre-X, el filipino Mike de Guzmán, había muerto en un accidente de helicóptero en unas extrañas circunstancias que apuntaban al suicidio. Ésa, al menos, fue la tesis oficial del fallecimiento, un extremo que siempre ha sido contestado por la familia.

Así las cosas, el socio americano Freeport-McMoRan anunció que, conforme a sus estimaciones, la cantidad del metal rey que se encuentra en Busang es "insignificante", una apreciación que era compartida por la firma Strathcona, encargada de realizar una auditoría del valor real de la mina.

Cuando Strathcona anunció, el 31 de marzo, que volvería a realizar nuevas pruebas para contrastar el valor real de la mina, una companía cinematográfica canadiense aprovechó la ocasión para comprar los derechos del affaire Bre-X. Un asunto cuya parte fuerte finalizó ayer al confirmar la auditora que el cacareado yacimiento de oro es, en realidad, un "engaño sin precedentes".

Esfumado el oro, los analistas se preguntan cómo ha sido posible mantener la mistificación tanto tiempo. Algo que también quiere averiguar el Gobierno indonesio, que actuará inmediatamente a través de sanciones o por otras vías".

Bre-X cayó. de lo más alto, con un precio por acción de 200 dólares, a poco más de dos al suspenderse su cotización.

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