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Un tipo completo

Urdangarín Jugó ayer con la selección y pedirá hoy con su familia la mano de la infanta Cristina

El Parque Corredor de Torrejón de Ardoz (Madrid) empezó a tener desde ayer seguridad real. El pabellón cubierto, para ser más exactos habrá menos, pero se mantendrá la vigilancia, porque aún habrá interés el domingo cuando Iñaki Urdangarín, el jugador del Barcelona e internacional de balonmano, sea ya el novio oficial de la infanta Cristina y vuelva a formar con la selección española contra Alemania. El equipo nacional juega esta tarde con Islandia en el XXII Torneo Internacional, pero faltará el lateral zurdo porque estará en la pedida de mano en el palacio de la Zarzuela. Ayer, contra Bielorrusia, volvió a brillar como el gran jugador completo que es y ayudó a la fácil victoria española por 30-20. Marcó cinco goles -gracias a la ausencia de Mateo Garralda, compañero que le ha oscurecido muchas veces su calidad en ataque- y defendió con la eficacia de siempre. Más de un entrenador le querría tener en su equipo porque el balonmano es un deporte en el que la polivalencia es Muy importante.Iñaki jugó 20 de los 30 minutos en la primera parte y apenas 15 de la segunda. Juan de Dios Román, el seleccionador, le dejó descansar el último cuarto de hora, porque el partido también estaba decidido. Incluso podía relajarse, como él mismo afirmó a TVE: "Después de tanta tensión me he quitado un peso de encima. Sabía que tenía que aguantar, pues en ello iba mucho la imagen de mi relación", dijo. Su intención es acabar en los Juegos de Sydney, pero su vida y el balonmano español difícilmente serán ya igual. "Quiero jugar dos o tres años más e intentar mantener mi intimidad como hasta ahora. Será una presión distinta, a la que tengo que acostumbrarme y seguir jugando lo mejor posible", añadió. El viernes próximo viajará a Japón con la selección para disputar el Campeonato del Mundo y espera "afrontarlo con la mayor concentración".Para el partido de ayer, la empresa de seguridad del pabellón reforzó con 15 hombres uniformados y cinco de paisano los dos que destina habitualmente a encuentros normales. Diez miembros de la seguridad de la Casa Real estuvieron también desde ayer para observar el recinto y tomar las medidas oportunas el domingo. Ese día, en el partido final del torneo, que jugará España con Alemania a las cuatro de la tarde, posiblemente acudirán al palco la infanta Cristina, el príncipe Felipe y quizá la reina Sofía.Ayer, el balonmano se impuso a los detalles de la relación. No se llenó el pabellón -el domingo será bien distinto- y el público era mucho más del deporte que otra cosa. Cuando se presentaron los jugadores, se aplaudió mucho a Urdangarín, pero incluso más a Talant Dujshebaev, la gran estrella ex soviética, nacionalizado español. Éste marcó un gol sensacional, que casi apagó los más normales de Urdangarín. No hubo trato especialmente distinto para él desde que salió el equipo a calentar tres cuartos de hora antes del partido. Sólo una pancarta de un equipo juvenil de chicas canarias delataba en las gradas algo diferente. Pedían a la pareja que pasara la luna de miel en La Mareta, de la isla de Lanzarote. Otras jovencitas nombraron a Urdangarín nada más entrar, pero también a los restantes jugadores. Era protagonista, pero no tanto. Aunque sin él no se hubieran acreditado para todo el torneo 100 informadores, la mayoría fotógrafos.

El deporte en el que empezó a despuntar Urdangarín en 1989, cuando ganó el título mundial júnior con la selección, dejó de ser maldito al máximo nivel sólo el año pasado. El subcampeonato de Europa y la medalla de bronce olímpica empezaron a precipitar los acontecimientos. Ahora, con el compromiso del jugador con la infanta -que se inicio, precisamente en los Juegos de Atlanta- todo ha cambiado.

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