18 años que cambiaron al Reino Unido
La llegada al poder de Margaret Thatcher en 1979 transformó para siempre el país
El 4 de mayo de 1979, Margaret Thatcher, que tenía 54 años entonces, ganó con una mayoría de 43 escaños las elecciones generales británicas. La nueva primera ministra heredó de su antecesor, el laborista James Callaghan, un país inmerso en una grave situación económica y social. Estos son algunos de los acontecimientos clave de la era Thatcher, con el colofón de John Major, que marcaron para siempre al Reino Unido.Primeros años. Nada más ocupar el número 10 de Downing Street, Thatcher subió el IVA del 8% al 15%. Un año después, las cifras macroeconómicas son cualquier cosa menos tranquilizadoras: la inflación se sitúa en el 21,9%, el doble que 12 meses antes. La empresa nacional del acero, British Steel, despide a 11.000 trabajadores sólo en el País de Gales. El desempleo afecta a 1,9 millones de trabajadores. La situación lleva a que el ex primer ministro laborista Harold Wilson comente: "Está claro que el Partido Conservador se va a librar de la señora Thatcher en menos de tres años". El grado de impopularidad de Thatcher está por las nubes. La primera ministra reemplaza en 1981 a sus ministros más moderados por gente con mano dura. El ultraderechista Norman Tebbit se hace cargo del Ministerio de Trabajo. Se producen disturbios de gravedad en el barrio de Brixton, al sur de Londres, y en el de Toxteth, en Liverpool. La cifra de parados alcanza los 2,5 millones. "No hay más remedio que aceptar una reducción en el nivel de vida del país", declara Thatcher. Ese mismo año, presos del IRA y del INLA inician una huelga de hambre en la prisión norirlandesa de Maze para forzar a las autoridades británicas a que les conceda la categoría de presos políticos. Thatcher se mantiene firme y 10 presos -entre ellos el mártir republicano Bobby Sands, que ha pasado 66 días de huelga- mueren. "No hay justificación política para un asesinato o delito de cualquier clase", dice Thatcher en la Cámara de los Comunes.
2 de abril de 1982. Las Malvinas. Thatcher encuentra un inesperado aliado en los generales argentinos que invaden el 2 de abril las islas Malvinas (Falklands para los ingleses). La primera ministra acaba de recortar el presupuesto de la Armada, pero se da cuenta de que la invasión es una ocasión de oro para remontar popularidad en las encuestas, en un momento de crisis económica y ya con tres millones de parados. La operación se salda con rapidez y con escaso número de víctimas en el lado británico: 255 muertos.
1983. Arrolladora victoria tory. Los conservadores no se han equivocado en sus cálculos. El pueblo británico, inflamado de fervor patriótico tras la victoria en las Malvinas, vota abrumadoramente a favor de la dama de hierro. Otro factor clave en el éxito de Thatcher es el programa del Partido Laborista considerado por los expertos como la "nota de suicidio político más larga de la historia". Entre otras cosas, prometen abandonar la Comunidad Europea son partidarios del desarme nuclear unilateral.
1984. Bomba del IRA en Brighton. La mitad de los miembros del Gabinete que preside Margaret Thatcher están a punto de morir el 12 de octubre en un atentado del IRA. Una bomba destruye prácticamente el hotel donde se aloja a cúpula conservadora durante el congreso anual. Mueren cinco figuras del partido. En primavera comienza la huelga de los mineros, algo así como la madre de todas las huelgas, que habría de prolongarse durante 15 meses. El líder de la protesta es el sindicalista Arthur Seargill. British Telecommunications, la compañía telefónica nacional, es privatizada.
1985.Acuerdo anglo-irlandés sobre Irlanda del Norte. La primera ministra no se cansa de repetir que "Irlanda del Norte es tan británica como la circunscripción que represento", pero eso no le impide firmar con el primer ministro irlandés, Garret Fitzgerald, un documento que señala el principio de una fructífera colaboración entre Londres y Dublín sobre el Ulster.
1986. Llegan los yuppies. Michael Heseltine abandona el Gobierno. La primera ministra da luz verde a lo que se ha dado en llamar el Big Bang, la completa desregulación de la City de Londres. Así se inicia la era de los yuppies. Cientos de jóvenes corredores de Bolsa y empleados en bancos comerciales empiezan a saborear el éxito fulminante. Ganar dinero se convierte en la única actividad respetable.
1987. Tercer triunfo electoral. Los británicos votan masivamente (102 escaños de mayoría) a Thatcher.
1988. El poll tax. La primera ministra gobierna como reina todopoderosa el partido tory y el país. Sin embargo, el final no está lejos. El poll tax, un impuesto de radicación, es aprobado en ambas cámaras. Economistas y estudiosos de todo el mundo visitan el Reino Unido para aprender la nueva doctrina política y económica del thatcherismo. La mayoría de las grandes empresas están ya privatizadas. El experimento thatcheriano parece un éxito, pero muchos dan la voz de alarma sobre las desigualdades que ha creado, entre ricos y pobres, Norte y Sur, Inglaterra y Escocia, floreciente sector privado y lamentables servicios públicos.
1989. Recalentamiento de la economía. Margaret Thatcher celebra en mayo sus 10 años en el poder con un regusto amargo. La inflación y los tipos de interés suben y la economía empieza a recalentarse. E fenómeno de la negative equity -el precio de las casas se desmorona y miles de personas afronta la amarga experiencia de pagar hipotecas mayores de lo que sus casas han pasado a valer- golpea los británicos. Major es nombra do ministro de Exteriores y ministro de Economía.
1990. Sale Thatcher, entra Major. La indignación popular aumenta medida que más hogares se ve afectados por la negative equity La aplicación del poll tax provoca un clima de violencia que recuerda el de los primeros duros años de thatcherismo. La libra entra por fin en el Sistema Monetario Europeo (SME). En noviembre, fatídico mes para los líderes conserva dores, cuando el partido puede convocar elecciones internas par reemplazarles, Michael Heseltin se presenta como candidato contra Thatcher. La dama de hierro obtiene más votos, pero no consigue una victoria clara. No disputa una segunda vuelta. Dimite el 22 de noviembre. El día 27 abandona Downing Street, que ya tiene otro inquilino: John Major la ha sustituido a la cabeza del partido y del Gobierno. Hay lágrimas en los ojos de Thatcher.
1992. El año del triunfo inesperado. Contra el vaticinio de los sondeos de opinión, John Major vence con una cómoda mayoría de 21 escaños en las elecciones de abril. Neil Kinnock dimite como líder laborista y es sustituido por John Smith. El 16 de septiembre, una fuerte especulación contra la libra en los mercados financieros fuerza al ministro de Economía, Norman Lamont, a sacar la divisa británica del SME. 1994 es año de escándalos y corruptelas tories. También en el que muere el laborista John Smith. Tony Blair, un modernizador, es elegido líder del partido.
1995. Major se sucede a sí mismo. Las divisiones sobre Europa tensan un poco más la cuerda en las filas conservadoras. En junio, Major sorprende a todos aceptando una elección interna del partido. El primer ministro declara desafiante a los rebeldes: "Presentaos o callaos". Major gana la batalla contra el único candidato a sustituirle, el ex ministro John Redwood. Se extingue la mayoría parlamentaria tory.
1996. La bomba de los Docklands. El 9 de febrero, al filo de- las siete de la tarde, una poderosa bomba estalla en los Docklands, el nuevo sector financiero de Londres. El IRA señala con este atentado el final de un alto el fuego que ha durado más de 17 meses. A, finales de marzo, el Gobierno reconoce que hay suficientes indicios como para creer que la enfermedad conocida como encefalopatía espongiforme bovina, que afecta desde hace 10 años a la cabaña bovina nacional, "puede contagiarse a los humanos": es la crisis de las vacas locas.
1997. Elecciones. John Major apura al máximo la legislatura y el 17 de marzo convoca finalmente elecciones generales para el 1 de mayo. La suerte está echada.
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