Jospin y Hue proponen "otra Europa" a los franceses
El Partido Socialista (PS) y el Partido Comunista Francés (PCF) propusieron ayer "otra Europa" a los electores franceses, en una declaración conjunta presentada por sus líderes, Lionel Jospin y Robert Hue. La izquierda hizo frente común contra la política de austeridad de los conservadores y prometió, en caso de victoria, un plan de empleo y de reactivación de la demanda. Poco antes, el jefe de la coalición conservadora, Alain Juppé, había presentado su programa electoral, basado precisamente en acentuar la austeridad en el gasto público para rebajar los impuestos.
El escenario de la batalla electoral quedó ayer casi definitivamente fijado. La izquierda, bajo la bandera del "cambio", quiere una "Europa social" y un relanzamiento de la actividad económica. Sus propuestas concretas son la reducción de la jornada laboral a 35 horas semanales sin baja de salarlos, la creación de 700.000 empleos para los jóvenes (sin detallar cómo), una reforma fiscal, la congelación de todos los proyectos de privatización en curso y la apertura de negociaciones con los demás países europeos, para "superar Maastricht" y acabar con la "Europa libera". Socialistas y comunistas se mantienen divididos en torno a la unión monetaria: los primeros la desean "siempre que no exija nuevos sacrificios", los segundos mantienen su oposición. Jospin no descarta, sin embargo, ofrecer algún ministerio a los comunistas si vence y forma Gobierno.La derecha, por su parte, alza el estandarte del rigor, el pragmatismo y la competitividad. La "plataforma de unión" de los dos grandes socios, la neogaullista Reagrupación para la República (RPR) y la centroliberal Unión para la Democracia Francesa (UDF), se presentó sin grandes sorpresas. Juppé quiere proseguir con la política mantenida hasta ahora, acentuando el carácter liberal de la gestión económica. Juppé, por el RPR, y François Léotard, por la UDF, afirmaron que la reducción de gasto público constituía "el corazón" de su campaña. "Menos gasto y menos impuestos, por un lado; más gasto y más impuestos, por otro. Entre esas dos opciones tendrán que elegir los franceses", manifestó Juppé.
Ni la derecha ni la izquierda se refieren demasiado al euro, un proyecto impopular entre los franceses. Se prefiere ir más allá de la unión monetaria y hablar de un nuevo liderazgo francés en Europa. Para socialistas y comunistas, Francia debe impulsar una transformación en la UE y dotarla de una política social. Para la "mayoría presidenal", Francia ha de convertirse en "el motor" de una Europa estable y competitiva".
Tanto o más que las propuestas propias, pesan las acusaciones al contrario. En cuanto la cuestión europea, Juppé dijo ayer que una victoria de la izquierda "impediría todo progreso, dadas las diferencias entre socialistas y comunistas" y "debilitaría la posición francesa, por la falta de sinergia entre la presidencia de la República y la mayoría parlamentaria".
La izquierda, por su parte, afirmó en la declaración presentada que la política seguida por los conservadores desde 1993 había sido "insoportable" y que el rigor presupuestario no había generado más que "paro y marginación social". La Europa que defiende Juppé, según el mismo texto, es "la Europa liberal, la Europa del dinero-rey y de la sumisión a los mercados.
