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Guerra psicológica para buscar un campeón inédito

Nadie quiere ser favorito y el Olympiakos deja caer que los árbitros favorecerán al Barça

Robert Álvarez

Los cuatro equipos que van a pelear por el título continental en Roma llevan varios días jugando al gato y al ratón. Todos huyen de la condición de favorito como si se tratara de la peste. Todos buscan pieles de cordero. Ninguno quiere que un exceso de responsabilidad o de presión se convierta en un lastre. Lo mejor, en estos casos, es cargar con el mochuelo a los rivales. Así lo han hecho. Los cuatro. Porque el Villeurbanne y el Olimpia Liubliana se estrenan en una final a cuatro pero tienen la lección tan aprendida como el Barca, que llega por sexta vez a este tipo de competición, o como el Olympiakos, que ya disputó y perdió las finales de 1994 y 1995.Aíto García Reneses y Djordjevic comparten la misma teoría: el Villeurbanne ganó al Barcelona las dos veces que se enfrentaron en la liguilla, por lo que los franceses son los favoritos. Aíto considera que existen muchos prejuicios en torno a los pronósticos que se efectúan antes de una final a cuatro. "Para la gen-

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te, siempre va a tener más gancho un equipo italiano que un equipo francés; pero ¿cuánto tiempo hace que un equipo italiano no juega una final a cuatro? Y sin embargo, los franceses... Para todo el mundo seguirá siendo muy bueno el Panathinaikos, y en realidad los que están en Roma son el Villeurbanne y el Olimpia".

La plantilla azulgrana tiene coartada. Nunca había tenido tantos problemas para llegar a una final a cuatro. Perdió ocho de los 16 partidos que jugó en la liguilla y tuvo que disputar los cuartos de final y los octavos de final con el factor campo en contra. Pero en una situación similar estuvieron los otros tres equipos que llegan a Roma. El Villeurbanne tuvo el factor campo a su favor contra el Estudiantes en octavos de final, pero tuvo que ganar dos veces en Estambul para clasificarse. El Olympiakos y el Olimpia también superaron el factor campo en las eliminatorias previas.

Los directivos y algunos miembros de la plantilla del Olympiakos se han encargado de ejercer la mayor presión posible sobre los árbitros. Advierten los griegos que los árbitros van a tender a favorecer al Barcelona como desagravio por lo que sucedió en la última final. Entonces el Barcelona cayó derrotado después de que un tapón ilegal de Vrankovic a Montero fuese obviado por los árbitros. De haber dado por válida la canasta, el Barcelona se hubiera proclamado campeón a costa del Panathinaikos. Fue un final muy polémico y ahora el Olympiakos lo recuerda con el objetivo de presionar a la federación internacional (FIBA).Gregor Beugnot, entrenador del Villeurbanne, rival del Barcelona en semifinales, considera que su equipo cuenta con una ventaja: "Partimos de la nada". Poco más o menos que lo que piensa su colega del Olimpia Liubliana, Zmago Sagadin, aunque los eslovenos, a diferencia del Villeurbanne, ya se adjudicaron la Recopa en 1994, a costa del Taugrés de Vitoria.

Las semifinales de Roma van a tener, como todas las anteriores, un importante componente de suerte y coyuntura. Una lesión, un mal día, el menor contratiempo no previsto puede arramblar con el largo bagaje de cualquiera de los cuatro equipos que llegan a la final a cuatro. Es la miseria y la grandeza de un torneo que en tres días y cuatro partidos corona a uno solo de los cuatro que se han abierto camino en la selva de los 16 partidos de fase regular y de las dos eliminatorias de octavos y de cuartos de final. Un largo trayecto que se culmina con un fogonazo.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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