Rivales a la fuerza
Tres guionistas firman dos series que compiten en cadenas distintas
Se han convertido en los guionistas de moda. A Eduardo Ladrón de Guevara (55 años), Ignacio del Moral (39) y Carlos Asorey Brey (40), la pequeña pantalla les debe series de tanto éxito como Farmacia de guardia, Los ladrones van a La Oficina, o ¡Ay, Señor, Señor! Desde hace unos años forman un equipo muy bien avenido que muestra una especial habilidad para construir historias. Ellos también son los autores de los textos de Querido maestro (Tele 5) y de Los negocios de mamá (TVE-1), las dos telecomedias que, al margen del fútbol (Antena 3), libran su particular batalla los lunes por la noche.El primer enfrentamiento directo entre las dos producciones, el pasado 7 de abril, se saldó con una clara victoria para la serie de Tele 5 que protagonizan Imanol Arias y Emma Suárez. El capítulo número 1 de Los negocios de mamá, con Rocío Dúrcal y José Sancho, tuvo un arranque deslucido. Una semana más tarde, en el segundo round, volvió a ganar Querido maestro.
No es la primera vez que la imaginación de estos tres hombres se pone al servicio de dos trabajos distintos al mismo tiempo. Sin embargo, sí es la primera ocasión en que dos telecomedias firmadas por ellos coinciden en día y hora de emisión. "Nos hemos convertido en rivales de nosotros mismos. Es un combate peligroso, porque el éxito de una puede terminar por perjudicar a la otra", explica Del Moral. "Como anécdota, comentamos que si se suman las audiencias de ambas ganamos al fútbol casi por goleada", bromea Asorey Brey, un hombre que procede del cine.
Los tres guionistas son conscientes de que la contraprogramación entre las cadenas y la tiranía de la audiencia son dos estrategias perjudiciales. "Si a los tres episodios no se consigue el techo previsto, las cadenas matan sin escrúpulos a su criatura sin pensar en el esfuerzo, el dinero y la ilusión que ese trabajo lleva detrás", tercia Eduardo Ladrón de Guevara. "No faltaría público para las dos series si los directivos no se empeñaran en enfrentarlas", remata.
A la telecomedia Los negocios de mamá aterrizaron casi por casualidad, pero con una consigna clara: reparar daños. "Llegamos en plan SOS para hacemos cargo de un proyecto con los guiones escritos, que a los productores no les terminaba de gustar", dice Del Moral. Este guionista recuerda que apenas dos días después les llegó un encargo realmente apetitoso: hacer los diálogos de los guiones de Querido maestro. "El argumento central seguía fielmente la filosofía de la serie italiana del mismo nombre, pero todo lo demás, situaciones, diálogos y trama emocional, correría de nuestra cuenta. Era una oferta muy tentadora que no podíamos perder", interviene Ladrón de Guevara, para quien pasar de una serie a otra resulta tan fácil como respirar. "Es como un refresco para la mente", insiste Del Moral, padre del guión de la película Bwana, dirigida por Imanol Uribe.
Los tres reconocen que su profesión tiene un presente y un futuro prometedor de la mano de las innumerable series de ficción que se están preparando para las distintas televisiones. Ellos son los primeros en ponerse al mando de la nave. Sin su imaginación no existirían historias, ni personajes, ni argumentos. "Al principio, nuestros jefes, que suelen ser las productoras, nos consultan todo, incluso qué actores pueden participar en el reparto. Después de entregar el trabajo te conviertes en un sujeto sospechoso, porque molestas en el plató", se queja Eduardo Ladrón de Guevara.
"Sin embargo, es cierto que esta profesión ha dejado de ser el último eslabón de la cadena para convertirse en una pieza fundamental del engranaje", matiza.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.