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Instituto de Investigación 'Okupa'

Centenares de jóvenes toman en Lavapiés un enorme edificio público para celebrar actividades alternativas

Los okupas se tomaron ayer la revancha tras los desalojos de los últimos seis meses, el último, en La Guindalera, con 158 detenidos. Decidieron apostar fuerte y asaltar un edificio de gran tamaño en pleno corazón de Lavapiés, el antiguo Instituto Nacional de Investigación Agraria, del Ministerio de Agricultura, en Embajadores, 68. El recinto, conocido como La Veterinaria y ubicado en una zona de rehabilitación, llevaba más de tres años vacío. La organización de esta okupación supone un reto, ya que se trata del local más grande tomado por los okupas madrileños en una década. Probetas y frascas serán testigos de los ensayos de autogestión que se realicen entre sus muros.Ayer fue el día D. La okupación de este recinto ya estaba desde hace meses en el punto de mira de los jóvenes y colectivos (Aedenat, CGT, Comrade, movimientos de insumisión y objeción de conciencia ... ) que, desde posturas de izquierda, apoyan la toma de edificios vacíos para usarlos como viviendas o centros de cultura alternativa. Pero las dimensiones del inmueble, de decenas de miles de metros cuadrados, requerían que un buen número de grupos se comprometieran a adecentarlo y a poner en marcha en él sus actividades.

La decisión final se tomó tras el desalojo del centro social de La Guindalera (distrito de Salamanca) el 10 de abril, y se optó por la fecha de ayer para hacer coincidir el asalto con la Marcha Europea contra Maastricht, que estos días pasará por Madrid.

A media mañana, una avanzadilla se adentró en el local. Algo no muy difícil en un edificio con muchas ventanas rotas y donde pernoctan indigentes. En el momento de abrir el cerrojo del portón avisaron por teléfono móvil a un centenar de jóvenes que, repartidos por calles cercanas, esperaban la señal. Al grito de "un desalojo, otra okupación", entraron todos al inmueble.

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El edificio de Lavapiés es el mayor de los 'okupados' en Madrid en 10 años

VIENE DE LA PÁGINA1"Vamos a necesitar meses para limpiar esto", exclamaban algunos de los okupas al comprobar, en un paseo de registro, las enormes dimensiones del edificio. El antiguo Instituto Nacional de Investigación Agraria, tomado ayer, está formado por numerosas dependencias alicatadas, en las que falta el mobiliario principal y sobran los cascotes y los objetos extraños. Por ejemplo, decenas de frascos llenos de líquidos sospechosos y que se acumulan en los antiguos laboratorios.

"Las cosas valiosas se guardan en una estancia", explicaba uno de los jóvenes, que repartía escobas a los congregados. Y los dichosos frascos, cuyo contenido nadie conoce, pero a todos preocupa, se apilan en unos cuartos donde han colocado un improvisado y contundente cartel disuasorio: "Material radiactivo".

El programa del primer día de okupación era más bien festivo, aunque aliñado con asambleas donde ir decidiendo qué hacer. Mientras algunos buscaban como locos una boca de riego de donde sacar agua, líquido inexistente en el edificio, otros acarreaban botellas de lejía para desinfectar la entrada, donde iban colocando sillones. La electricidad no será un problema, ya que cuentan con un grupo electrógeno.

Fiesta 'sushimóvil'

Para primera hora de la noche estaba prevista una "fiesta sushimovil" (sic), explicada luego como"dj's, instalaciones, performance, siliconia express y jaima étnica". Entre sus planes figura abrir el patio arbolado al barrio, volver a organizar los talleres de teatro que había en La Guindalera, celebrar conciertos y disponer un comedor.

El edificio está situado a la espalda del Casino de la Reina, un espacio arbolado que acogió el antiguo asilo de cigarreras de Tabacalera y alberga ahora un colegio privado concertado. Los nuevos planes de rehabilitación de Lavapiés contemplan la apertura al barrio de esta zona verde, que ahora no pueden utilizar los vecinos. Por ello, el proyecto institucional pretende cerrar el colegio y el asilo. La residencia fue trasladada hace dos meses, y las religiosas de la Caridad que la atendían saben que en junio deben irse. Ayer, las monjas observaban estupefactas el trasiego del edificio contiguo. "Esperamos que sea buena gente, porque bastante pobreza sufren muchos vecinos como para que vengan a fastidiarles", manifestaban.

Los okupas no sabían ayer si el edificio al que han entrado está incluido en los planes de reforma del barrio, que permanecen paralizados por el momento ante la falta de acuerdo entre el Ayuntamiento y la Comunidad. "Nosotros entramos en un edificio vacío para organizar un proyecto inmediato, el Ayuntamiento quizá tenga otros planes, pero pueden tardar seis años en ponerlos en práctica. Pero pueden hablar con nosotros, algo que no hacen", aseguraban. Junto al cartel del antiguo laboratorio ahora se lee otro: "Centro sociá".

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