Sobre Luces de Bohemia
Maticemos respecto al montaje de Luces de Bohemia:Mis alumnos y yo, su profesora, nunca insultamos a los actores de dicho montaje. En la función que presenciamos no daban la talla que se podía esperar. Frustraron nuestras expectativas y, lógicamente, nos tocaba protestar. ¿Con qué obvia intención? Que se enmendaran las deficiencias. Si así ha sucedido, nos damos por satisfechos. Sabemos que está muy reclamada por profesores y alumnos, ya que entra en el programa de la temida selectividad. Deseábamos que estos futuros compañeros no salieran defraudados del montaje. ¡Harta perseverancia nos cuesta conseguir entradas a los profesores para sus . grupos!
Por lo demás, más le valdría a don Diego no despotricar a diestro y siniestro en su afán de encumbrar este montaje, que por sí sólo se debía defender.
¿Qué sentido tiene esgrimir tergiversadoras razones pseudopopulares cuando lo que se reclama es que los actores que encarnan varios personajes pulan las distintas dicciones que demandan sus diversos personajes? No "desconocemos la historia moderna" gracias, entre otras fuentes bibliográficas, a la del muy querido Valle-Inclán.
El que exhibe síntomas de incultura es don Diego. Los personajes de Valle son maravillosos símbolos de la sociedad del primer tercio del siglo XX; el "elenco" de actores es el que dejó mucho que desear. Para no ser "sandio", aplíquese al repaso del diccionario y de la gramática de la lengua para usar con propiedad sus vocablos.
Si admite la libertad de expresión, permítame que le enmiende su redacción: todos podemos disfrutar "oyendo" a Valle en nuestras lecturas reflexivas y comentadas con entusiasmo, pero cuando se trata de acudir a una representación como responsable docente de un grupo de alumnos, entonces sopesamos, contemplamos con todo el detenimiento necesario todo el aparato escénico extralingüístico y analizamos en clase todos los aspectos que nos ayuden a crecer como individuos que van madurando poco a poco en una sociedad democrática que requiere personas dignas, con libertad de criterio y con capacidad de autocrítica.
Posdata. A veces tenemos que mascar ortigas" todos, por muy superprofesionales que nos sintamos, pues determinadas coyunturas nos empujan a vernos pluriempleados y a perder calidad en nuestra actividad. El dolor inevitable confiere sabiduría. - profesora de Literatura.
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