El toque contra la velocidad

Dos estilos. Roy Evans, un hombre que llegó al Liverpool con 15 años y cuenta con sólo 11 partidos en sus cinco años como profesional, ha rescatado el ideario del gran Bill Shankly: control del balón, el toque hasta el final. Un juego elaborado que remite al Ajax. y al Barça de Cruyff, aunque menos hermético tácticamente. El Manchester es un equipo que supera al Liverpool en velocidad. Prefiere el contragolpe y aprovechar las carreras de Giggs, la sutileza de Cantona, el disparo de Beckham y el poderío de KeaneBarnes y compañía. John Barnes fue un espléndido extremo izquierda, reconvertido por razones de edad a la condición de medio centro. Si el partido se ajusta a su paso, Barnes será capital por su fabulosa capacidad para armar el juego y encontrar a Redknapp y Mac Manaman. Si el juego se vuelve vertiginoso, será una pésima noticia para el Liverpool.

La influencia de Cantona. Gordito y cada vez con menos velocidad, Cantona aún es capaz de desplegar su talento inmenso en el último tercio del campo. Su influencia en el Manchester ha sido decisiva en los últimos años. Es hábil, inteligente, fácil en el pase y ganador. En los grandes momentos siempre ha aparecido.

Las debilidades. La defensa del Liverpool es deplorable casi siempre. Los centrales no son ni contundentes, ni veloces. Los laterales prefieren las funciones de ataque. Y el portero, James, ha conducido al desastre a su equipo en los últimos partidos. El Manchester está algo mejor armado defensivamente, aunque sin excesos. En el medio campo no tiene la precisión del Liverpool. Tampoco es bueno en el juego áereo, con excepción de Pallister.

Mac Manaman y Fowler. Mac Manaman es quizá el jugador más interesante del fútbol inglés. Es intrépido, versátil e inteligente. Le falta gol, pero esa lacra la suple Robbie Fowler, un matador. Fowler, expulsado frente al Everton en el último partido de Liga, podrá jugar ante el Manchester, pero se perderá los tres últimos encuentros de Liga.