Mario Gas devuelve al teatro a Anabel Alonso
El director teatral Mario Gas llega de nuevo a los escenarios madrileños con Frankie y Johnny, una obra de Terrence McNally. Con ella regresa al teatro la actriz Anabel Alonso, que había abandonado en los últimos años los escenarios para dedicarse al cine y a la televisión, medios en los que ha alcanzado gran popularidad. Junto a Anabel Alonso, y como partenaire en el reparto, el también conocido actor Adolfo Fernández. Ambos estrenarán mañana en el teatro Lara, cuyo empresario, Luis Ramírez, se adentra de lleno en el mundo de la producción con este montaje.
Frankie y Johnny, texto de uno de los autores vivos más interesantes del teatro internacional, ya fue llevado al cine por Garry Marshall, protagonizada por Michelle Pfeiffer y Al Pacino. Antes existieron otras muchas películas, coreografías, canciones, musicales con el mismo nombre, ya que estos, personajes emanan de una popular leyenda anterior a la guerra de Secesión de Estados Unidos. La versión de McNally no toma ninguna de ellas como referente, tan sólo la estructura básica de la desesperanzada historia de dos seres anónimos que viven perdidos en una sociedad que les ignora. "El autor toma los nombres de dos personajes legendarios y especula sobre la vida y una ingrata sociedad que les envuelve", dice Gas.Los actores no temen que la última y popular referencia cinematográfica provoque comparaciones entre los espectadores: "A mí con la Pfeiffer no me confunden", señala irónicamente Alonso, a lo que su compañero, más rotundo, añade: "La película es una comedia barata que han edulcorado convirtiéndola en un subproducto del Hollywood más cutre; nosotros hemos profundizado en el texto tal cual es". De lo que tampoco han prescindido es de la exquisita selección musical, revisada por José Antonio Gutiérrez y realizada por el propio McNally, autor de moda -sobre todo después de estrenar Master Class, su último éxito internacional- y comentarista en las transmisiones de ópera de Nueva York.
Alonso, cuyo estreno teatral coincide con el de su última película, El crimen del cine Oriente, de Pedro Costa, se muestra muy satisfecha con su vuelta alteatro, medio del que se ha. apartado estos años para real¡zar series televisivas como Los ladrones van a la oficina, o cine bajo las órdenes de Pilar Miró, Mireia Ros o Antonio del Real. "Estaba en una nube y me he cambiado a otra en la que me consta que voy a crecer mucho, en un momento de gran ebullición profesional de mi vida", dice la actriz. El papel de Frankie le supone abandonar esa vis cómica que tanto la caracteriza: "Tanto en mi papel en la peli de Costa como aquí, me enfrento a personajes de carne y hueso con sus frustraciones y sus miedos, vamos como cualquiera; no obstante, Gas me ha atado los machos, porque la cabra tira al monte, y a veces, me inclino por lo más fácil y resultón", dice.
Mario Gas cree que haber juntado a estos dos actores sobre el escenario es un atractivo y apetecible cóctel explosivo: "Son profesionales con múltiples registros, tienen una paleta de emociones espléndidas", dice el director, quien ha creado un espacio vital en el que profundizar en las esperanzas y descalabros de una pareja con miedo a enamorarse, de clase media-baja, fronteriza con la marginación y que Alonso define como tierna, dura, mordaz, irónica y sensible. El equipo de Gas está formado, entre otros, por Roger Peña, como autor de ¡a versión castellana, y el escenógrafo Jon Berrondo.
Frankie y Johnnie, Teatro Lara. Corredera Baja de San Pablo, 15, metro Callao. Horarios en Cartelera. De 1.500 a 3.000 pesetas.
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