Todos pendientes de Mike luzzolino

El Madrid llega a la final de la Recopa europea (ahora llamada Eurocopa, 19.30 horas, La 2) en una situación casi límite: perder sería un gran fracaso, ganar casi un trámite. Son las consecuencias de haber formado un equipo multimillonario y de disputar una competición menor. Su rival va a ser un equipo italiano, el Mash Verona, poco conocido en las grandes lídes internacionales. Pero tiene su peligro: un equipo humilde, sin pedigrí, no demasiado italiano en su forma de jugar y... con un buen base: Mike luzzolino, a quien todos señalan con el dedo.

La Recopa se ha convertido en un largo y aburrido peregrinaje hasta la final. Apenas un partido comprometido (el jugado en la semifinal en París ante el PSG) y demasiadas victorias sin gloria. Todo ello presidido por una sensación: el Madrid se siente obligado a ganar este torneo porque no hay ningún equipo que tenga un potencial comparable al madridista. Esta obligatoriedad ha alcanzado mayor gravedad a la vista de la situación por la que atraviesa el equipo: Obradovic puesto en duda, problemas entre técnico y jugadores, y cierta sensación de que pueden acabar la temporada en blanco. Conquistar la Recopa apenas sería un alivio y eso que el Madrid acaba de asegurarse una plaza en la próxima Liga Europea tras eliminar al TDK Manresa. Perder la final de la Recopa significaría agravar la crisis.

Madrugón

Los antecedentes no han sido demasiado buenos. El equipo tuvo que pegarse un madrugón el lunes para desplazarse a Chipre, sede de la final, madrugón que molestó a los jugadores habida cuenta de que el Verona les espera en Nicosia desde el domingo, así que le pidieron a Obradovic que retrasara la hora del entrenamiento. El equipo va acompañado de apenas un par de docenas de seguidores y la expectación para el choque es escasa a pesar de que Chipre no suele ser centro de acogida de grandes eventos deportivos: se han vendido algo más de mil localidades de las 6.000 del pabellón.Entre tanto, el Mash Verona interpreta su papel de víctima, cuestión que preocupa a Obradovic. "No debemos salir de favoritos", dijo, "porque no son el típico equipo italiano. Son una mezcla de italianos y yugoslavos". Y Obradovic señaló con el dedo al base Mlke luzzolino (1,85 metros, 29 años).

Por ahí comenzarán los problemas del Madrid, un equipo al que se le suelen atragantar los rivales con un buen base. Máxime si aparte de ser bueno dirigiendo, como es éste el caso, tiene un buen tiro exterior y no le importa la responsabilidad de algunas decisiones importantes. "Nuestro objetivo debe ser controlarle", senaló Bodiroga, que conoció a luzzolino en la Liga italiana. Por ahí y por la propensión del Mash Verona a basar su juego ofensivo en el lanzamiento de triples, su modestia hay que tomársela con precaución: para el Verona, la gloria está a un partido de distancia. Y nada hay más difícil de controlar que un equipo de triplistas bien dirigido: si tienen un buen día se pueden convertir en una pesadilla.