Urdangarin encarrila el triunfo del Barça
Los azulgrana se impusieron en la final al Caja Cantabria
El Barcelona e Iñaki Urdangarín encontraron el antídoto mágico a su semana más difícil. Contra la tensión extrema vivida por el jugador y por el propio equipo, apareció la química, labrada a lo largo de los últimos años, de un grupo ambicioso de gran calidad, con grandes recursos tácticos y humanos y, sobre todo, unido.
Un magnífico escenario, dos equipos enormes, ganas de emociones en las gradas fueron el entorno adecuado de una final espectacular.
Las primeras acciones del partido ya hicieron intuir que se iniciaba una de las grandes citas de balonmano. Se olvidó el juego ramplón, individualista y de recursos de ambos equipos en las semifinales y apareció el balonmano fluido, agresivo y contundente propio de las grandes ocasiones.
Dujshebaev y Masip, los líderes del balonmano nacional, dirigían a sus equipos mientras que la eficacia de Chtchepkin y de lakimovic ponían los goles. Equilibrio hasta el primer cuarto, ligero distanciamiento del Barcelona para finalizar con un 16-17 en el descanso. La primera línea del Caja Cantabria, con 12 goles, fue su recurso exclusivo. El Barça estuvo más equilibrado.
En la segunda mitad el Barça ajustó su defensa. Barrufet se puso el traje de faena. Los azulgranas controlaron a los lanzadores cántabros y tomaron la iniciativa del marcador y del partido abriendo una brecha de hasta cinco goles. Tiempo muerto de Caja Cantabria, una exclusión de Dedu y el resultado se estrecha hasta el empate. En las últimos minutos Urdangarín toma la responsabilidad, se libera de sus fantasmas y por medio de tres goles y un par de pases de gol encarrila el partido.
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