"¡Por favor, señora, no me toque!"
Ronaldo dio un brinco, se giró bruscamente y rogó a una mujer que le acababa de rozar la espalda:¡Por favor, señora, no me toque!". Sucedió el viernes, en un tumulto que se formó en el aeropuerto de Barajas. El brasileño empieza a temer el peaje de la popularidad especialmente en su país. Los fanáticos le acechan, le buscan y aguardan durante horas y horas que asome por un instante su rostro por una ventana de los hoteles que alojan a la selección brasileña. Ronaldo desata la locura en su país. No hay duda de que ha heredado el testigo que dejó a su muerte Ayrton Senna, el ídolo de Brasil por excelencia.
"Hay una gran falta de organización en lo que se refiere a la seguridad del equipo nacional. Los jugadores estamos expuestos a cualquier tipo de cosas y eso no me gusta. Me preocupa", afirmó el delantero en una entrevista concedida al Correio Braziliense, que explica que al futbolista le vienen a la memoria los casos de John Lennon y a cantante Selene, y el secuestro que sufrió el padre de Romario. Ronaldo se resiste a contratar guardaespaldas que velen por su seguridad como hizo su compatriota. "Cuando pasa algo se ponen más nerviosos que yo, dice, aunque matiza: "No los tengo, pero no sé si en un futuro no tendré más remedio que hacerlo".
Quedan atrás los tiempos en que un niño se sentó solo delante de su casa y aguantó siete horas hasta que Ronaldo le vio y le firmó el autógrafo que el pequeño tanto buscaba. Y la cena de despedida de Bakero con la plantilla cuando se fue a México, en noviembre, a la que no quiso asistir para ir con sus amigos al concierto que su compatriota Caetano Veloso ofreció en Barcelona. Su casa, refunfuña el jardinero, es el destino de una constante romería de peregrinación en busca de ídolo. Parece que ahora sólo puede estar cómodo en un avión como el día que el Barça regresaba de jugar un partido de Liga en Tenerife. Mientras tomaba coca colas -una de sus bebidas favoritas-, entabló una cordial conversación con una joven seguidora que se sentó junto a él y a la que hizo un montón de preguntas sobre su vida.
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