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Entrevista:

"El PP ha implantado un estilo de Gobierno amenazante y rencoroso"

Anabel Díez

Joaquín Almunia Amann, de 48 años, abogado y economista, fue el ministro más joven del primer Gobierno de Felipe González. Con 34 años asumió la cartera de Trabajo y la dejó para ser ministro de Administraciones Públicas. Como portavoz del Grupo Parlamentario Socialista se ha granjeado el respeto, cuando no el temor, del resto de los portavoces. Sus adversarios le tildan de negociador incansable, duro e inalterable, al que es difícil cazar gazapos porque se lo sabe casi todo. Tampoco resulta cómodo en la tribuna de oradores. Quienes más le conocen aseguran que la aparente frialdad de este bilbaíno tiene que ver con una timidez que convive perfectamente con un acusado sentido del humor. En el PSOE todo el mundo sabe que Joaquín Almunia pinta muchísimo.Pregunta. ¿La estela de casos de corrupción en sus filas suponen un lastre para su tarea de oposición?

Respuesta. De lo que se trata es de garantizar que vamos a ser capaces de que en el futuro estos casos que se produjeron en el pasado no se repitan. Puedo asegurar que todos los socialistas estamos trabajando para ello. Espero que en otros partidos también lo estén haciendo para que no se reproduzcan los casos Naseiro, Cañellas y Zamora.

P. Pasados los tres primeros meses que casi todos los dirigentes socialistas se tomaron de descompresión del poder, ahora se les ve tranquilos en su papel, de oposición y siempre prestos a criticar sin ambages al Gobierno.

R. Es fácil criticar a este Gobierno, y eso que en muchas ocasiones nos mordemos la lengua para no quebrar las políticas que deben ser objeto. de consenso parlamentario.

P. Ustedes también se llevan revolcones, ya que, al estar todavía tan próxima su etapa de poder, el Gobierno les calla replicando que por qué en 13 años no tomaron las medidas que ahora demandan

R. El ciclo completo de toda democracia, esto es, estar en el Gobierno, pasar a la oposición y volver al Gobierno no se ha da do todavía y por eso se dicen estas cosas, propias de la inexperiencia. Sería insólito que a John Major [primer ministro británico] se le considerase incapacitado para hacer oposición si, como indican los sondeos, perdiese las elecciones del próximo mes de mayo

P. Ustedes criticaron al PP en la oposición porque todo lo que hacía el Gobierno de Felipe González les parecía mal. Ahora hacen lo mismo.

R. No es así. Nosotros vemos que el PP ha fracasado en el tratamiento de las grandes cuestiones por las que se medirá su etapa de Gobiemo. El PP está cosechando un grave fracaso en su política autonómica; comete error tras error en justicia; mete la pata más de la cuenta en política exterior y ha implantado un estilo entre amenazante y rencoroso en su manera de tomar decisiones.

P. ¿No salva a ningún ministro?

R. Si salvara a algún ministro no lo diría en público porque lo hundiría. Prefiero hablar del Gobierno en su conjunto, y el saldo es muy negativo.P. En su descripción ha mencionado la política exterior, cuando formalmente pertenece a los asuntos de Estado que querían dejar fuera de la crítica pública. También habrá reproches sobre la política antiterrorista.

R. Y lo seguimos haciendo así. En política autonómica hemos ofrecido un pacto de Estado y se ha rechazado. Sobre el terrorismo no voy a decir una palabra que ponga contentos a los violentos. Quiero que éstos se sientan angustiados, a la defensiva, que no alberguen ninguna duda de que van a perder esta batalla. En cuanto a Europa, no vamos a hacer nada que ponga en peligro la entrada de España en el euro.P. Si están seguros de que el PP no actúa con acierto en los grandes temas, ¿sabe ya qué medidas cambiarían si llegaran al Gobierno?

R. No podemos vivir siempre pensando en las elecciones, pero algunas cosas ya sabemos que las queremos cambiar. Desde luego cambiaremos el sistema de financiación autonómica que ha sido impuesto sin consenso. En otro, orden de cosas tendremos que adoptar medidas que reestablezcan un sistema tributario con elementos de progresividad. En materia de impuestos el PP ha tomado medidas que siempre benefician a los de arriba.

P. Estas apreciaciones son formalmente propias de una fuerza política de izquierda, pero hay que volver a su etapa de Gobierno y recordar cómo los sindicatos les tildaban de derechas.

R. La política que hemos hecho ha sido totalmente socialdemócrata. España es el país europeo donde más se han reducido las desigualdades y simultáneamente el país de la Unión Europea que más ha crecido. Hemos sido capaces, en un momento histórico difícil, de conseguir eficiencia económica y equidad. A finales de los ochenta, cuando no había datos, muchos lo negaban. Hoy los datos están ahí y sólo los ciegos se niegan a verlo.

P. De momento, en sus discursos internos, los socialistas mantienen que deben ser coherentes y no propugnar políticas que entren en contradicción con su larga etapa de Gobierno. A medida que pase el tiempo, ¿cree que irán ustedes radicalizándose para competir en el espacio de la izquierda?

R. Vamos a seguir propugnando políticas para mantener servicios sociales y todo lo que rodea al Estado de bienestar. No tenemos que introducir cambios radicales. No es radical nuestra pretensión de extender los servicios sociales e intentar suprimir las desigualdades en el acceso al disfrute de los servicios. En todo caso nuestro mayor reto va a ser el empleo. Ya sabemos que el crecimiento económico no es una variable suficiente para generar empleo. En los próximos años tenemos que ser capaces de aportar medidas viables para que haya más puestos de trabajo. Por eso hemos abierto la reflexión sobre el reparto del tiempo de trabajo.

P. ¿Coinciden ustedes con el Gobierno en aplaudir el inminente acuerdo entre sindicatos y patronal?

R. El acuerdo me parece muy positivo y se va a conseguir gracias a que patronal y sindicatos han conseguido que el Gobierno no se les mezcle.

P. Antes de este acuerdo, el Gobierno consiguió pactar con los sindicatos el pacto de mantenimiento de las pensiones, y parece que les inquietó en la medida en que la política del ministro de Trabajo, Javier Arenas, podía quebrarles su discurso de Gobierno "de derechas".

R. Ha habido un intento del Gobierno de achicar espacios entre derecha e izquierda en las políticas sociales, pero globalmente no es así. Los ciudadanos ya saben que no hay una orientación clara respecto a dónde quieren conducir a este país. La opinión pública percibe que el PP utiliza los resortes del poder para consolidar posiciones de ventaja de algunos sectores económicos, sin olvidar la manipulación de los medios de comunicación públicos para vender gato por liebre. También resulta evidente que a los medios de comunicación privados que no son adictos los amenazan y los persiguen.

P. Todos los parámetros indican que la economía va bien.

R. Sí, va bien a pesar del Gobierno. Es muy difícil detectar una sola medida de política económica del Gobierno capaz de explicar la evolución positiva de las grandes variables económicas.

P. No es esto lo que dicen los nacionalistas catalanes, a quienes evitan dirigir cualquier reproche.

R. Desde el principio de la legislatura dijimos que nunca criticaríamos a CiU o a otros grupos que dieran su apoyo a la gobernabilidad. CiU es una coalición nacionalista y no la vamos a criticar por serlo. No compartimos sus ideas, pero no les criticaremos porque las tengan. Criticaremos al Gobierno cuando por la presión de los nacionalistas, o a veces sin que haya tal presión, adopte medidas contrarias a una visión global y coherente del Estado de las autonomías.

P. ¿Su explicación de evitar la crítica se extiende al PNV?

R. Sí, aplicamos el mismo razonamiento. El apoyo de los diputados del PNV nos parece lo mismo que el que prestan los de CiU, aunque numéricamente no sean lo mismo. A los peneuvistas les criticamos por otras razones. Les criticamos cada vez que quiebran la cohesión de las fuerzas políticas y tratan de mostrarse equidistantes entre las instituciones democráticas y ETA.

P. Ustedes critican a menudo a IU, cuando lo cierto es que en el día a día parlamentario van juntos con gran frecuencia.R. En medidas concretas tenemos más coincidencias que discrepancias, como se vio en las reuniones que tuvimos en otoño. Pese a ello, la dirección de IU no quiso ahondar en ese diálogo y Julio Anguita [coordinador general de IU] prefirió hacerse una foto con Aznar en la puerta de La Moncloa. Aunque coincidamos en votaciones, lo políticamente relevante es preguntarse por qué la dirección de IU coincide en algunos temas de fondo con el Gobierno del PP frente al PSOE. También lamentamos que IU se haya convertido en la fuerza política que más critica a los sindicatos.

P. No pasa un día en el que no hablen mal de RTVE. ¿Van a pedir que el director general sea nombrado por el Parlamento?

R. El señor Aznar se comprometió a nombrar a un independiente y en su búsqueda encontró a Fernando López-Amor, responsable del PP en la Comisión de Presupuestos. Ahí ya hay un incumplimiento

P. Sí, pero la pregunta es si van a hacer uso de su capacidad parlamentaria para hacer una propuesta sobre el modelo que propugnan?

R. Primero queremos saber cuál es el modelo del PP. Queremos saber si mantienen la consideración de servicio público para RTVE y si va acompañado de un modelo de financiación adecuado. Luego, veremos si es posible el consenso o tendremos que presentar nuestro proyecto.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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