Retrato de un perdedor con éxito

Manolo no sonríe, es antipático, parece frío y distante. Es hermético, solitario y tímido. Manolo es entrañable, leal y generoso. Tiene un especial espíritu analítico. Puede lanzar palabras que se clavan como dardos. En la distancia corta, es un conversador insaciable. Manolo tiene un sentido del humor que salva fronteras. Hay tantos Manolos... Los veremos en el documental El éxito de un perdedor, de Luis López Doy, dedicado a Manuel Vázquez Montalbán, que emitirá La 2 dentro de La noche temática (23.15).En un sabio y ágil combinado de imágenes, testimonios y el largo monólogo del escritor, López Doy liga la vida y obra de Manolo a la historia reciente de España. Escenas de la guerra, el desfile de las tropas franquistas, el barrio Chino de Barcelona, donde nació en 1939, arrasado por las bombas, cutre y miserable, un barrio que había perdido la guerra, en una familia que la había perdido aún más. Y luego, Franco todavía demasiado vivo, mientras se empieza a escuchar Diguem no!, de Raimon, el coche de Carrero Blanco volando por los aires, la salida de Por favor el día antes de que agarrotaran a Puig Antich, el 23-F... ¿Por qué todo parece tan cercano?

Manolo está demasiado rígido, serio. Quizá porque cuenta cosas de las que no suele hablar: su padre, comunista, condenado a 20 años de cárcel cuando el tenía 15 días" el piso de 50 metros cuadrados sin luz eléctrica, su detención en 1962 cuando la huelga de mineros en Asturias (por injuriar al generalísimo, atentar contra la seguridad y cantar Asturias, patria querida), los tres años en la prisión de Lérida, la "amnistía laboral" que tardó 12 años en llegar... Lo explica de una manera aséptica, distante. El tono más cercano lo ponen sus amigos. La historiadora Anna Sellés ("cuando le conocí me pareció muy antipático, luego me di cuenta de que era tímido"); Salvador Clotas ("en la cárcel Manolo hacía la comida, con un fogón de latas y una mecha de toalla conseguía una paella estupenda"); Josep Maria Castellet ("lo más desconocido e importante es su poesía"); Eduardo Haro Tecglen ("su Crónica sentimental de España nos hizo descubrirlo"); la doctora Ivonne Breisse, que descubrió su grave cardiopatía ("tengo que vigilarlo, se me escapa y come demasiado")... Un retrato que resume todos los adjetivos citados. Vázquez Montalbán reivindica una vez más el derecho a la utopía y la necesidad de no perder la memoria. El futuro existe, mejor o menos malo, y la acción del hombre aun es posible.. "Se vive solamente una vez y hay que aprender a querer y a vivir". El bolero de Machín, tan presente en su obra, cierra el documental. Para los adictos a Manolo, El éxito de un perdedor será como una inyección en vena.

El programa se completa con el cortometraje, Impetuosamente, de Paulo Nozolino. Basado en un relato del escritor, narra la historia de una atractiva mujer fatal. Los hombres que se le acercan se suicidan o son asesinados. Lo mejor es la original manera de contarlo a través de fotografías en blanco y negro enlazadas de tal manera que la imagen fija da sensación de movimiento. El misterio, el ambiente del barrio Chino, los personajes que rodean al detective, todo está muy bien logrado. Y el actor Jordi Dauder es el Carvalho con el que sueñan los admiradores/as del investigador. La noche temática acaba con Tatuaje (1976), la adaptación cinematagráfica de la que se considera primera novela de la serie Carvalho.