Goleda en tarde de modorra
Los errores del Oviedo ayudan al Deportivo
Pasado el primer efecto del cambio de entrenador, el Deportivo parece haber perdido algo de frescura sin que por ello se resienta su imparable escalada del último mes. Como la semana anterior en Vallecas, al Deportivo le bastó ayer con sacar provecho de dos errores del rival en la aplicación del, fuera de juego para adornar un discurso que hasta entonces se antojaba poco Convincente. El Oviedo se exhibió con desparpajo durante media hora para disolverse en cuanto aparecieron las dificultades.El Oviedo si que se atuvo estrictamente a lo esperado. Un equipo que da gusto ver porque maneja el balón con tacto minucioso y exquisito. Pero en su estilo hay también un punto de manierismo: elabora tanto las jugadas que parece olvidarse de culminarlas. Para lo mucho que disfrutó del balón en la primera media hora el equipo de Lillo no planteó ninguna amenaza seria ante Songo'o.
El Deportivo recupero algunos de los defectos más visibles de la etapa de Toshack. Fue un grupo amodorrado, sin pulso, que se desplegaba con una morosidad desesperante. Rivaldo encarnó como nadie estas carencias, colocado esta vez muy pegado a la banda izquierda. Pero el Deportivo no necesitó exhibir lo mejor de su catálogo. Se limitó a aprovecharse de las dos veces que chirrió el mecanismo de achique del Oviedo, y lo hizo con presión y serenidad. De todo ello salió reforzado Renaldo, que marcó dos goles.
Silva recapacitó en el descanso y recuperó la forma de las últimas semanas, con Nando en el costado izquierdo y Rivaldo de delantero de enlace. La reconversión tuvo efecto, sobre todo porque encendió las luces de Rivaldo. El Oviedo mientras siguió igual de pulcro e igual de inofensivo.
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