Izquierda Socialista advierte del riesgo que corre el PSOE al excluir al discrepante

El PSOE se esclerotizará si continúa con la cultura de la unanimidad, la estigmatización del discrepante y la consecución de la unidad a fuerza de exclusiones y de fidelidad al líder. Estas reflexiones figuran en el documento que la corriente Izquierda Socialista ha elaborado como enmienda a la totalidad de la resolución política aprobada por el comité federal para el congreso del partido en junio.

Izquierda Socialista (IS) se muestra muy dura con el pasado -"hay corrupción y falta de transparencia donde no hay deinocracia"-, pide la reforma de la Constitución para convertir a España en un Estado federal, demanda la recuperación para el PSOE de las señas de identidad socialista y aboga por un pacto con IU para que los nacionalismos no condicionen definitivamente la vida política española. El documento es ciertamente crítico tanto con la labor de los dirigentes del partido como con lo hecho en algunas parcelas por el Gobierno que presidió Felipe González durante casi 14 años.La intención de la corriente crítica del PSOE es provocar un gran debate en el seno del partido. Así, se recrea poco en lo que le parece bien hecho y carga las tintas en lo que le parece mal. No hay paños calientes y se hacen afirmaciones de extremada dureza que seguro causarán el enfado de muchos compañeros.

El 34º congreso debe servir, según esta corriente, que debatirá su texto el día 15 en una reunión de la coordinadora federal, para revitalizar el proyecto socialista: "Si continúa la cultura de la unanimidad y se recurre a la estigmatización de los discrepantes, nuestro partido se esclerotizará". En su opinión, "no debe confundirse cohesión con amordazamiento de la disidencia". Por eso advierte: "Un partido que resuelve los problemas por arriba y que tiende al hiperliderazgo se desliga de su base social". Hay otras referencias al líder al criticar que se intente conseguir la unidad a base de la fidelidad al secretario general y de no tolerar la divergencia.

Las reflexiones de los miembros de IS sobre el estado del PSOE son muy pesimistas: "La tarea institucional se empobreció durante esos años [de Gobierno] por la desconexión entre un partido abúlico y un grupo parlamentario autista". La relacióndel partido y el Ejecutivo desde 1982 fue, afirma, "de sumisión, sucursalimso y seguidismo acrítico". IS va a proponer en el congreso que se limiten a tres mandatos los cargos orgánicos e institucionales. También sorprenderá otra de sus propuestas heterodoxas: reforma de la Constitución para que España sea un Estado federal. Las llamadas a la unidad de la izquierda se sitúan en un capítulo destacado partiendo de la base de que no hay "una casa común", sino "una causa común". IS pide tanto a su partido como a IU que, por responsabilidad, aparquen sus discrepancias y hagan prevalecer sus coincidencias para no convertir "a los nacionalismos conservadores en eterna bisagra".

La corriente reprocha abiertamente que cuando surgieron los GAL, el Gobierno del PSOE adoptara una actitud "abstencionista", de "dejar hacer". "El aplazamiento casi indefinido de la reforma de las Fuerzas de Seguridad del Estado es una de las razones que nos condujo a la derrota", afirma. Con la corrupción no es más contemporizadora: "El verdadero mal reside en la ausencia de control, en la opacidad y en la excesiva concentración de poder".

Terreros contra Solchaga

Por otra parte, el secretario general de los socialistas vizcaínos, Nicolás Redondo Terreros, se refirió ayer, al proceso de renovación del PSOE y expresó su deseo de que "no pase por la vuelta de personajes cualificados pero poco importantes, como Carlos Solchaga", informa Europa Press. El dirigente provincial del PSE-EE destacó la necesidad de que el PSOE "mate los fantasmas del pasado y mire al futuro", que no debe ser dirigido, dijo, por gente como Solchaga. A continuación expresó su discrepancia absoluta con el criterio del ex ministro de Economía y Hacienda respecto a que el PSOE fue "excesivamente generoso" con el desempleo y que hay que apostar por "congelar" las pensiones más altas.