Guerra en casa de Mastroianni
Una biografía filmada por Anna Maria Tato enfrenta a las ex mujeres del célebre actor
Él, que fue hombre siempre discreto, extremadamente cuidadoso de no mostrar en público sus verdaderos sentimientos ni sus cuitas físicas o morales, quizá habría sonreído ante las rencillas aireadas tras su muerte, por sus tres familias, la única legítima ante el Estado y la Iglesia y las otras dos que Marcello Mastroianni formó y cultivó hasta el final de sus 73 años de vida. Aunque, a decir verdad, se trata de querellas, hasta aquí, discretas. Lo poco que se sabe de las tensiones entre Flora Carabella, Catherine Deneuve y Anna Maria Tato procede de fuentes indirectas, de amigos de las interesadas. "Yo soy reservada como mi padre", es lo único que ha querido decir Barbara Mastroianni, la hija de 'Flora, esposa legal del actor. Está claro, sin embargo, que unas declaraciones a la revista Variety de Anna Maria Tato, la última compañera de Marcello, la única de las tres con la que no tuvo hijos, han roto la imagen (le pacífica convivencia demostrada el pasado mes de diciembre por Tato y Deneuve en París, donde la actriz francesa organizó unos funerales religiosos, y extendida luego a Roma por la misma Tato y Flora Carabella, con ocasión de la ceremonia, civil que despidió los restos de un actor que se declaraba ateo.Tato ha informado al citado semanario norteamericano de espectáculos de que una semana antes de morir, el pasado 12 de diciembre, Mastroianni añadió una cláusula a su testamento en la que prácticamente le confirió a ella todos los derechos de- protección y explotación a título póstumo, de su imagen, incluida la facultad de autorizar la difusión total o parcial de películas, entrevistas, fotografías, libros y otros traba os gráficos o bilográficos susceptibles de ser comercializados directamente o utilizados con fines publicitarios. La cláusula, explicó la Tato, tiene evidentes consecuencias económicas.
"Marcello estaba extenuado durante las últimas semanas de su vida, pero conservó plenamente sus facultades. La cláusula testamentaria existe, por tanto. Ahora bien, ¿por qué airearla con tanta fuerza en un momento delicado? Hubiera sido mejor esperar una eventual y legítima reivindicación del propio derecho contra un abuso. Eso sin olvidar que si Barbara Mastroianni o Flora quisieran escribir un libro sobre su padre o marido u organizar proyecciones en serie de sus películas, con la autorización de los productores titulares de los correspondientes derechos, podrían hacerlo perfectamente", ha declarado al Corriere della Sera Giovanna Cau, la abogada que se ocupó durante 40 años de los intereses de Marcello Mastroianni. El testamento establece que Bárbara Mastroianni y su hermanastra. Chiara, la hija de Catherine Deneuve, heredarán los derechos sobre la imagen de Marcello a la muerte de Anna Maria Tato.
Pero la respuesta a la pregunta planteada por la abogada hay que buscarla en la actividad profesional de esta última compañera de Mastroianni, la más joven de sus tres mujeres, que es directora de cine con una trayectoria de militante de izquierdas. Anna Maria Tato rodó durante las últimas semanas de vida del actor, mientras éste realizaba una gira por los teatros con la obra Le ultime lune y protagonizaba en Portugal su película póstuma, Viaggio al inizio del mondo, de Manoel de Oliveiri, un relato autobiográfico de Mastroianni, aún en fase de montaje.
"Las declaraciones a Variety parecen ser publicidad de esta película", han comentado amigos no bien identificados de Flora Carabella. Otras voces igualmente confusas sugieren desde París que Catherine Deneuve y su hija Chiara son también contrarias a la difusión de este filme. Pero la única que ha criticado claramente el proyecto de Tato se llama Erica Blanc, y fue la coprotagonista de Mastroianni en las ya citadas últimas lunas. "No quiero ver esa película", ha dicho. "Ya me hizo bastante daño ver sufrir a Marcello durante tanto tiempo. Asistir noche tras noche a su agonía. Y mientras él apretaba los dientes y se ponía tres gota a gota diarios para poder seguir tirando, porque había que sacarle en brazos al escenario, ella, la compañera de su vida, le filmaba, le pedía que recordara sus cosas, sus anécdotas. 'Marcello, ¿por qué lo haces?, le pregunté un, día. 'Es un regalo que le debía', respondió, con aquel gesto amable, un poco de resignación". Tato prepara una versión de su película de algo más de hora y media para el próximo Festival de Cannes, y otra de cuatro horas para el Festival de Venecia. Se titulará Mi ricordo, traducción al italiano de Amarcord, el célebre filme en el que Federico Fellini evoca su propia infancia.
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