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Conflicto entre el Cuerpo Nacional de Policia y la Guardia Civil por la vigilancia de las alcantarillas

Jan Martínez Ahrens

La Guardia Civil impidió dos veces en el último mes que el Cuerpo Nacional de Policía inspeccionarse el subsuelo del Tribunal Supremo. La negativa del instituto armado se basó en que dicha zona era de su competencia y que los agentes carecían de autorización. Este conflicto de competencias ha causado malestar en la policía. El Sindicato Unificado (SUP) ha criticado la "tozudez" de la Guardia Civil y ha censurado la creciente -"expansión" de este cuerpo en la capital. Una crítica a la que se suman la UFP y el poderoso Sindicato de Comisarios, los cuales, por su parte, han lanzado a sus juristas contra el convenio que otorgó a la Guardia Civil la custodia de los edificios de la Comunidad en Madrid. El instituto armado recordó ayer que a la policía se le dejó revisar el subsuelo del Supremo una vez que obtuvo autorización judicial.

El conflicto competencial ha ido en aumento en los últimos meses. Así, la Jefatura Superior de Policía hizo público esta semana un informe en el que calificaba de "anacrónico" que la Guardia Civil tuviese el control de El Pardo, en tanto que perdió en 1952 su condición de pueblo y pertenecería, por tanto, a la demarcación policial. Otro punto de fricción fue la decisión en diciembre del Gobierno autónomo y de la Delegación del Gobierno de conferir la custodia de los edificios de la Comunidad al instituto armado, pese a estar situados en la capital. Y la última vuelta de tuerca ha sido el incidente por el control de las alcantarillas.Este enfrentamiento se remonta a mediados de febrero. Tres agentes de la Sección del Subsuelo del Cuerpo Nacional de Policía, unidad de la Comisaría General de Seguridad Ciudadana, acudieron a la plaza de la Villa de París, donde se ubica el Supremo. Tenían órdenes de inspeccionar las alcantarillas. Una vez abajo descubrieron a la Guardia Civil. "Para evitar la falta de coordinación entre los dos equipos", indica un informe policial, "se contactó con la Guardia Civil del Supremo". Un sargento, según la policía, les comunicó entonces que ese subsuelo pertenecía a la Guardia Civil y que este cuerpo se "encargaría de todo". Ante esta respuesta, los policías se marcharon y elevaron un informe de protesta.

El otro incidente surgió una semana después. Tres agentes regresaron al Supremo para elaborar el plan integral de seguridad de dicho edificio y aledaños. Pero el jefe de la Guardia Civil se negó en redondo, con el argumento de que no tenía ni conocimiento de la inspección ni órdenes al respecto de sus superiores. La policía volvió a marcharse y cumplimentó otro comunicado.

"Lo primero que hay que señalar es que desde el lunes el Cuerpo Nacional de Policía ha relevado a la Guardia Civil en la custodia del Tribunal Supremo. Lo segundo, que mientras este edificio estuvo bajo control de la Guardia Civil, esta institución se ocupó de su seguridad integral y, por tanto, también del subsuelo, para lo cual disponemos de una unidad especializada. Lo tercero, que los policías carecían de autorización y que tampoco habían avisado. De hecho, cuando consiguieron autorización judicial, se les dejó pasar. Por lo demás, no queremos entrar en polémicas absurdas, sino colaborar Con otros cuerpos y prestar servicio al ciudadano", afirmó ayer una fuente oficial de la Guardia civil.

Distinta es la visión del SUP, que ha criticado el peligro que corren los agentes por este tipo de "descoordinación": "Cabe el riesgo de un tiroteo como ocurrió entre la policía vasca y la Guardia Civil". "No criticamos a los guardias, sino a sus jefes, que sólo piensan en aumentar su campo de acción", afirmó el secretario de asuntos jurídicos de la Unión Federal de Policía (UFP), Jorge Linillos Díaz. Este sindicato impugnó el acuerdo por el que la Guardia Civil pasaba a custodiar edificios de la Comunidad. La Consejería de Presidencia rechazó la impugnación y ahora el sindicato prepara un recurso judicial. "Este tema une a toda la policía. La ley impide a los guardias prestar este servicio en una demarcación policial", dijo Linillos.

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Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

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