"Vivo aquí porque en Madrid el trabajo se mueve"
Dulce secuestro el que ejerce sobre ella esta ciudad que transforma su morriña de gallega en la nostalgia animal de quien añora el olor y los sabores de su tierra. Ya lo dijo una vez, "a Madrid sólo hay que ir cuando hay trabajo" y hoy cumple dos años como vecina del centro, donde vive, actúa, y vela en la distancia por la buena marcha de su querido grupo de teatro, Compañía de Marías fundada en 1991 con la también actriz María Bouzas. Por puro azar, provoca sana envidia entre los compañeros de tan difícil profesión: auxiliar de policía en la más que referida película Perdona bonita, pero Lucas me quería a mí, y Amanda en el vodevil Caníbales, dirigido por José Luis Saiz. En ambos casos, compartiendo gloria con el apolíneo Alonso Caparrós. Tiene 30 años, y no corre peligro de sucumbir a una simple moda.Pregunta. En Caníbales ¿quién se come a quién?
Respuesta. Todos a todos. Los personajes van saliendo uno por uno para devorar al anterior.
P. Y ¿quién queda vivo?
R. También todos. Se trata de un canibalismo sentimental. Los cinco aseguran querer a alguien, pero en realidad no están dispuestos a otra cosa que pedir mucho sin ceder un ápice.
P. Trabajó en la película Entre rojas, luego televisión, El destino en sus manos, ¿vuelve al teatro?
R. No lo considero una vuelta porque nunca me fui. Yo comencé a hacer teatro en el año 1980, y lo he ido alternando con los trabajos que me han salido en cine. Después de Entre rojas y la serie, de televisión, surgió Martes de carnaval, con Mario Gas, en el Centro Dramático Nacional, y mientras, monté en Galicia un espectáculo con mi compañía, a la que sigo desde aquí, aunque ahora no pueda participar activamente.
P. ¿Y la repetida parada Pujalte-Caparrós, ahora mismo en cartel?
R. Otra casualidad. Lo cierto es que en Perdona bonita..., Alonso y yo no coincidimos ni un solo día de rodaje. Además, pensábamos que la película se estrenaría en otoño. Esta compañía me encanta, somos gente muy joven.
P. ¿Madrid es plaza, conquistada?
R. ¡No! Estoy viviendo aquí, y el balance es bueno porque me han surgido ofertas interesantes en las que melle sentido muy involucrada. Reconozco que es en Madrid donde el cine y el teatro se mueven, pero si dejara de trabajar, me volvería a Galicia. Uno añora su tierra como el bicho que nace y crece en un mismo lugar. Es inexplicable e inevitable. Supongo que a 106 madrileños que viven lejos de aquí les pasará lo mismo, por mucho que digan que esta ciudad es un caos.
Caníbales. Teatro Infanta Isabel. Barquillo, 24.
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