Un Átlético pragmático

Tres meses. Doce jornadas contabiliza ya el equipo que entrena Lobo Diarte, conjunto otrora, poco menos que desahuciado, sin imaginar qué extraña cosa es eso de la derrota. Quienes parecían abocados al abismo clasificatorio despachan ahora los partidos con una suficiencia casi irrespetuosa, como si tampoco le dieran demasiada importancia a algunas evidencias concluyentes: la principal de ellas, que han sumado 20 puntos de los 24 últimos posibles. El Lleida, un equipo que no hace tanto fue grande y ahora vivó atormentado por sus urgencias, fue ayer el último en apuntarse a la ya larga lista de damnificados por la solvencia atlética.Y no es, en sentido estricto, que los chavales del filial practiquen un juego arrebatador. Se han convertido, sencillamente, en un equipo en el que prevalecen el orden y el aseo, en el que King despeja todo lo que se aproxima por sus confines, Rosicky distribuye balones por aquí y allá y Cherna o Ezquerro deciden si conectan con Yordi o le levantan la jaqueca por su propia cuenta a algún defensor rival. Elemental, a simple vista, aunque sin duda no lo debe ser tanto.

Así, con esta apelación al pragmatismo racional, el Atlético añadió ayer una muesca más a su revólver. Venían los ilerdenses muy voluntariosos, necesitados de los tres puntos para huir de la quema y envalentonados tras ganar el miércoles en Mérida (primera victoria a domicilio en ¡año y medio!). A los 10 minutos, ni Estefan ni Llorens fueron, capaces de materializar una jugada que olía a 0-1; a los 13, Cordón se mediante zapatazo, de convertir la primera aproximación, rojiblanca en el 1-0. Lo que se dice ir al grano, vaya.

El gol sirvió para poner en claro las carencias de los jugadores de Paco Martínez Bonachera. Tan cierto es que el Lleida nunca le perdió la cara al partido como que nunca dio la sensación de poder colar un triste gol. Y esto último a pesar de los esfuerzos de Costa, capaz ayer de poner los pelos de punta al hincha más sosegado cada vez que la pelota rondaba su área.

La entrada de Escoda, al comenzar el segundo tiempo, dio algo más de mordiente al ataque visitante, pero sin exagerar: fueron primero, Ezquerro, con un tiro al palo, y más tarde Baraja, tras una excelente combinación, quienes acariciaron el 2-0.Como quien no quiere la cosa, lo cierto es que ya van 12 jornadas, y a ver quién es el guapo que les para ahora.