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Reportaje:

Audiencias en el 'testódromo'

El público juzga los programas televisivos segundo a segundo en una sala interactiva de investigación

Rosa Rivas

Una línea verde oscila segundo a segundo en un monitor. No se trata de una unidad de cuidados intensivos, sino de los latidos del corazón de un programa tal y como lo sienten los espectádores. Casi 100 personas se sientan en las butacas de una sala de proyección, pero no se limitan a ver. Cada vez que haya una escena o una imagen que les guste o les disguste, sus dedos activan un pulsador (como los mandos de las videoconsolas) incorporado a la butaca que, segundo a segundo, transmite los datos a un ordenador central, que a su vez los envía a unos monitores, donde aparecen las curvas junto a la grabación que se examina.Las opciones del mando son "me gusta, no me gusta o indiferente" en el caso de un espacio televisivo; "me emociona, no me emociona o indiferente" si es una película. Esas valoraciones de las butacas sensitivas se completan con reuniones de grupos diferenciados por edades, moderados por sociólogos y psicólogos, que llevan la batuta de las preguntas y se encargan de analizar los datos aportados en la discusión. De hecho algunos participantes han demostrado en sus propuestas una agudeza que ya quisieran algunos programadores.

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Los clientes -cadenas de televisión, productores- reciben un informe de resultados y propuestas y un vídeo en el que se ve el transcurso del espacio o película acompañado de las curvas de aceptación. La información es confidencial para cada cliente; tanto es así que, nada más conocer los datos, algunos solicitantes de la prueba ordenan su destrucción inmediata, en plan Misión imposible.

Todo esto ocurre en el Teletest, un sistema que desde hace año y. medio desarrolla en Madrid Geca (Gabinete de Estudios de la Comunicación Audiovisual). El Teletest es una experiencia nueva en España, aunque en otros países, sobre todo Estados Unidos, es un método habitual de prueba de las producciones televisivas y cinematográficas e incluso de los anuncios publicitarios. En Hollywood es frecuente que en una película se cambie el final previsto por su director o productor tras haber pasado por la criba popular.

Más de ochenta programas han pasado por el laboratorio español, que cuenta con una base de datos de 6.000 personas, hombres y mujeres de distintas edades y procedencia social de todo el Estado español. Pero no puede haber aficionados al test. "Para las pruebas buscamos siempre gente nueva", aseguran sus responsables. Desde que ha comenzado 1997 se hacen dos sesiones a la semana."El método de la sala interactiva es fiable porque la respuesta se produce de forma anónima, no hay que encararse con un entrevistador, a quien puedes nientir", dice Mario García de Castro, el director de Teletest. "El sistema es bueno, porque te evita estar escribiendo o contar lo que piensas. Es muy rápido. Al tiempo que ves una escena, puedes señalar si te impacta algo", opinan Yolanda y Juan, dos telespectadores veinteañeros que han probado la sala interactiva. Ambos prefieren las comedias españolas. Coinciden en rechazar los reality shows, pero mientras a él le gusta el fútbol, ella se inclina por los documentales.

En Teletest se han visionado bastantes fórmulas televisivas, gran parte de lo que está ahora en antena y también lo que ya no está. Médico de familia, ¿ Quién sabe dónde?,Hostal Royal Manzanares, Inocente inocente, Contigo pan y cebolla o Menudo es mi padre son algunos de los títulos examinados. Tele 5 y Antena 3 son las cadenas que más recurren a la prueba, aunque las productoras de programas son las usuarias más frecuentes. Y a propósito de frecuencia, Médico de familia acude a consulta cada tres meses para comprobar que las historias y los personajes gozan de buena salud. La comedia de mayor éxito de la TV española es el niño mimado, de Geca, precisamente porque es un producto de fabricación propia.

"Las cadenas y las productoras ya se han acostumbrado a reservar unos gastos para investigación de público. Es fundamental para no estrellarse", dice García de Castro. Y para frenar ese golpe o simplemente para revisar tramas y personajes, los soficitantes del examen reciben un vídeo, de su pro ducto con las curvas, además de un informe con los resultados de los grupos de discusión y con pro puestas de estrategias. En el monitor del Teletest, la curva del gusto 9 del disgusto puede oscilar entre el 2, el 1 o el 0. Si hay muchos valles que lleguen al 1, hay que empezar a preocuparse. Si caen en picado, hay que replantearse el programa o fulminarlo.

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Sobre la firma

Rosa Rivas
Periodista vinculada a EL PAÍS desde 1981. Premio Nacional de Gastronomía 2010. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense. Master en Periodismo Audiovisual por Boston University gracias a una Beca Fulbright. Autora del libro 'Felicidad. Carme Ruscalleda'. Ha colaborado con RTVE, Canal +, CBS Boston y FoolMagazine.

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