Sólo un calabozo en la región es apto para albergar presos de fin de semana
Ni Alcalá de Henares, ni Móstoles, ni Torrejón, ni Getafe... Torres de la Alameda (3.900 habitantes) es el único municipio de la Comunidad, excepto la capital, que posee calabozos en condiciones dignas para el cumplimiento de los arrestos de fin de semana, según un informe del titular del Juzgado de Vigilancia número 3 de Madrid, Francisco Racionero. Algunas ciudades cuentan con habitaculos que otrora cumplieron esa misión, pero que hoy carecen de aseo o retrete, imprescindibles para el cumplimiento de esta modalidad represora nacida con el nuevo Código Penal.Otros municipios, como Cercedilla, Collado Villalba o Santa María de la Alameda, han convertido sus antiguos depósitos o calabozos en auténticos cajones de sastre -almacenes, bibliotecas- o los han cedido a otros organismos, como ocurre con Colmenar Viejo, que puso sus dos celdas de 6,5 metros cuadrados cada una a disposición del Ministerio de Justicia. Coslada sí posee calabozos, pero no reúnen las condiciones mínimas de habitabilidad.
Al menos eso es lo que han informado sus ayuntamientos, por escrito, al juez Racionero. El magistrado solicitó en mayo de 1996 a todos los municipios madrileños (un total de 178, excepto la capital) que le informasen si disponían de calabozos y, en su caso, las condiciones de habitabilidad e higiene que éstos reunían.
Salvo Alcorcón, que no contestó a la petición del juez, las demás localidades comunicaron que carecían de depósitos, o bien que los existentes no estaban en condiciones de ser utilizados para ese menester. Esta carencia supone que los ciudadanos de estas localidades que resulten condenados a penas de arresto semanal deben viajar hasta la cárcel más próxima a su domicilio.
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Eludir el cautiverio
Un juez de vigilancia tacha de "pavorosa" la improvisación de los arrestos de fin de semana
Ante la inexistencia de calabozos, muchos jueces de Madrid están optando por sustituir los arrestos de fin de semana por multas. Y sólo si no se pagan, ordenan el cumplimiento del arresto semanal. Aunque ello implique al reo tener que desplazarse desde su ciudad hasta la cárcel más próxima. Fuentes jurídicas critican este hecho porque, a la hora de eludir un cautiverio de fin de semana, beneficia a las personas con recursos económicos frente a las más desfavorecidas. En este asunto, la realidad, -la ausencia de calobozos- y la ley que establece estas penas van por senderos diferentes.En la actualidad, menos de un centenar de madrileños -alrededor de 80, explica el juez Racionero- cumplen arrestos semanales. Lógicamente, los tienen que hacer en cárceles. Salvo que vivan en Torres de la Alameda, el único municipio de la región con calabozos habilitados según los requisitos legales.
Los arrestos de fin de semana se idearon para los delitos menores hurtos, robos, impago de pensiones a los hijos, lesiones leves...-, aquellos que más alarma y desasosiego causan en la sociedad. Ante la falta de depósitos municipales "que reúnan condiciones de habilitabilidad, Instituciones Penitenciarias, dependiente del Ministerio de Justicia, ha adaptado recintos de las cárceles de Carabanchel, Valdemoro y Navalcarnero.
Estos recintos están separados del resto de los que ocupan los presos comunes, pues se pretende que no haya ningún contacto entre ellos. En la prisión de Carabanchel "hay cuatro o cinco celdas destinadas a este tipo de penas", según fuentes de este centro. Están ubicadas en un departamento situado junto al de los presos que acaban de ingresar en el centro ya que unos y otros tienen distinto régimen de vida.
"Instituciones Penitenciarias dispone ya de una partida de 80 millones de pesetas para la manuntención y acondicionamiento de los depósitos municipales", según informa Juan Figueroa, vicepresidente nacional de la Agrupación Cuerpo de Ayundantes de Instituciones Penitenciarias. "Y se está pendiente de negociar un convenio de colaboración con la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) para la habilitación de los depósitos", agrega.
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