15.000 inmigrantes podrán pedir trabajo desde mañana acogiéndose al plan de cupos

Mañana entra en vigor el sistema de cupos por el que hasta 15.000 inmigrantes podrán conseguir trabajo en España. La ausencia de instrucciones para la aplicación del plan, que obliga a seguir las protestadas condiciones de 1.995, han provocado las críticas de sindicatos y Organizaciones No Gubernamentales (ONG), que además de considerar insuficiente el tope, denuncian la descoordinación entre los organismos con competencias en política migratoria.

En 1996 ningún inmigrante pudo encontrar trabajo en España con la ayuda de un plan de cupos establecidos por el Gobierno, ya que lo que funcionó fue un criticado reglamento de aplicación de la Ley de Extranjería. Y en 1995, último año en que funcionó el sistema de cupos, las condiciones de aplicación levantaron airadas protestas que llegaron a plasmarse en quejas al Defensor del Pueblo. A partir de mañana, y a pesar de las críticas, hasta un máximo de 15.000 inmigrantes no comunitarios podrán pedir trabajo en España por este sistema, presentando las solicitudes en las direcciones provinciales de trabajo, salvo en Madrid, donde deben acudir a la Dirección general de Ordenación de las Migraciones.La recién nombrada directora general de Ordenación de las Migraciones, Ángeles Muñoz Uriol, se reunió el pasado viernes en Madrid con representantes de sindicatos y ONG que ayuda a inmigrantes y explicó la distribución de puestos por sectores y provincias: 5.820 plazas se destinan al sector agrícola y ganadero, 620 al de la construcción, 5.620 al de servicio doméstico y 2.940 a lo que se denomina "otros servicios". Madrid, con 4.000 empleos, es la comunidad autónoma donde se ofertan más plazas, seguida de Cataluña (3.300), Comunidad Valenciana (2.600) y Andalucía (1.900).

Para estas organizaciones, el tope de 15.000 plazas resulta insuficiente. La Unión General de Trabajadores califica de "precipitado y arriesgado" que se haya puesto en marcha el nuevo plan de cupos sin que estén fijadas las instrucciones para su aplicación, y CC OO critica el número de solicitudes aprobadas y el procedimiento establecido, si bien "aprecia la celeridad con que se ha aprobado el contingente", ya que en años anteriores se aprobaron en tomo al segundo semestre del año.

Las instrucciones de aplicación serán, mientras no se reúnan los responsables de los Ministerios de Trabajo y Asuntos Sociales, Interior y Asuntos Exteriores, las que se aplicaron en el último plan de cupos, el de 1995. En esa ocasión, las principales críticas se produjeron porque se obligaba a algunos solicitantes a viajar a su país de origen para solicitar el visado y, sobre todo, porque se establecían preferencias para ciertos trabajos según las nacionalidades. Así, para el servicio doméstico primaban las solicitudes de personas de Perú, República Dominicana y Filipinas, y para el trabajo agrícola las de Marruecos.Lo que se critica ahora, aunque las preferencias por nacionalidades de 1995 se han eliminado, es la carencia de instrucciones de aplicación "públicas, claras y precisas" para un proceso que ya está en marcha.

Descoordinación

Para las organizaciones que trabajan con inmigrantes, el problema no nace de la nada. La reorganización administrativa aprobada en el Consejo de Ministros del pasado 31 de enero, por la que se creó la Dirección General de Ordenación de las Migraciones y se transformó el Inserso en Iinserso -por lo que este organismo asume la gestión de los servicios sociales a los inmigrantes-, lo único que ha hecho es aumentar la dispersión, la descoordinación y la falta de unidad entre los distintos organismos con competencias en ternas migratorios. Para la Comisión Española de Asilo y Refugio (CEAR), la nueva ordenación supone "un paso atrás". Desde CC 00 se afirma: "Si hasta la fecha la complejidad de la interlocución estaba ya servida, con esta nueva disposición dispondremos de una más".