2.000 personas asisten al entierro deI dirigente de HB que se ahorcó
La localidad vizcaína de Mallabia vivió ayer una jornada de luto por la muerte del concejal y miembro de la dirección de HB Eugenio Aramburu, Txo, quien falleció ahorcado el lunes en un caserío de su familia. Desde que el féretro del dirigente muerto abandonó el edificio consistorial, un grito destacó sobre todos los demás: "Herriak ez du barkatuko" ("El pueblo no perdonará"). Al homenaje acudieron casi todos los miembros de la Mesa Nacional que aún no han sido encarcelados por difundir el vídeo de ETA.
, Los tres dirigentes de HB que se encuentran en Bruselas (Karmelo Landa, Joseba Álvarez y Mati Iturralde) enviaron un telegrama de condolencia. El diario Egin recogía ayer unas declaraciones de Iturralde en las que ésta augura que la tensión "irá en aumento para sufrimiento de todos, absolutamente de todos" si el Gobierno sigue ignorando las exigencias de ETA.Ante 2.000 personas que acudieron ayer a Mallabia, la dirigente de HB María José Txotxe Andueza exhortó a los independentista a "luchar y pegar hasta vencer". Andueza añadió: "Ya basta. No queremos sufrimiento, ni para nosotros ni para nadie". En el acto intervino también Ana Larrondo, esposa de Aranburu, y el secretario general de LAB, Rafael Diez Usabiaga.
Sobre las tres de la tarde y tras un acto de homenaje realizado por sus compañeros de LAB frente al Hospital de Basurto, el ataúd fue conducido hasta la localidad vizcaína de Mallabia, donde era concejal y portavoz de la coalición. Una ikurriña con crespón negro colgaba del mástil desde la tarde del lunes. El alcalde de la localidad, José Ramón Olalde, del PNV, esperó en la puerta del consistorio la llegada del féretro. De la balconada del Ayuntamiento colgaba una pancarta con el lema "Txo, nuestro mejor homenaje, la victoria".
Por la mañana, Rafael Díez Usabiaga, secretario general de LAB, sindicato abertzale al que pertenecía Aranburu, aseguró que si se hubiera tenido en cuenta la tregua -de una semana- de ETA del pasado junio, no se hubieran producido ni los atentados de Madrid y Granada, ni las muertes -en principio, por suicidio- del preso preventivo de ETA y de Aranburu.
También en Mallabia, varios encapuchados volcaron sobre las ocho de la tarde un coche de Radio Euskadi, tras obligar a bajar a los periodistas que cubrían el acto. Jóvenes encapuchados incendiaron, ya por la noche, un autobús en Elorrio, una furgoneta de Telefónica en Hernani y una casa del PNV en Santurce.
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