Cuestión de imagen
El mercado, como conjunto de fuerzas y circunstancias, está poniendo mucho empeño en ofrecer su mejor cara al cierre, es decir, en el dato que queda en la memoria. Poco importa que a lo largo de la sesión haya sido la presencia de papel la que ha definido la jornada si, en el momento preciso, aparecen las órdenes de compra necesarias y los índices se dan la vuelta. Por menos, pero en sentido inverso, se abren investigaciones.La Bolsa no tiene una tendencia definida y parece que lo importante es mantener vivo el interés de los inversores, aunque éstos hayan mostrado claramente sus intenciones de buscar liquidez en tanto se despeja el futuro.La contratación prácticamente repitió el nivel del día anterior, un esfuerzo notable para una situación tan confusa como la que viven los mercados. Wall Street marca la pauta en volatilidad y, si el pasado miércoles cayó 164 puntos de un tirón, ayer en sólo una hora ya había efectuado un recorrido de 31 puntos entre las posiciones máxima y mínima. Cerró con una subida de 26,16 puntos.
La reacción final de la Bolsa española se debió, una vez más, a una apertura positiva del mercado norteamericano, sin que se tuviera en cuenta su fragilidad a lo largo de las últimas semanas, traducida siempre en un grado de volatilidad que sigue obligando a refugiarse en la liquidez a la inversión más conservadora.