"Hoy, sólo baloncesto"
Hernán Cortés enarboló una bandera verdinegra. Fue el primer gesto ritual nada más escucharse el pitido final. Un joven miembro de la fanaticada cacereña tomó la estatua del conquistador extremeño y colocó entre sus manos la enseña. La fiesta continuó después en la fuente luminosa, epicentro de la ciudad. El ardor de los cláxones estableció un lenguaje común, fácilmente identificable: "¡Cáceres, Cáceres!". Y es que el 2 de febrero, la fiesta de las Candelas, tuvo ayer un sabor especial, menos bullanguero que de costumbre. Porque la ciudad vivió la tarde dominical de puertas para adentro, en bares y casas particulares, pero con la vista puesta en León.
En algunos bares, los carteles advertían: "Hoy, sólo baloncesto", para disipar dudas a los futboleros que buscaran ante el televisor otra imagen que no fuera el Barcelona-Cáceres.
A seis segundos del final, la respiración contenida. Anota dos tiros libres. "¡Que ganamos, que ganamos!". La euforia la corta Djordjevic. Un jarro de agua fría. Y prórroga.
En la estación de autobuses, los camareros salen de la barra, y un joven pierde el autobús. Pitido final. Y, ahora sí, estallan pasiones. Manos al aire, cláxones, un atrevido al interior de la fuente. El sueño hecho realidad. El premio para una ciudad que desde el 10 de mayo de 1992, cuando ascendió a la ACB, ha mantenido una relación visceral con el deporte del baloncesto. A última hora de la noche de ayer la pregunta era unánime: "¿Habrá autobuses para León?". Todo se moviliza. Hasta el presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, estará en León. Y han tenido que transcurrir cinco años para que el presidente extremeño acuda por fin a ver un partido del Cáceres.
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