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TENIS OPEN DE AUSTRALIA

Una noche en vela por Carles

La casa de los Moyà estuvo invadida por televisiones y radios

Carles Moyà comenzó a descubrir el pasado fin de semana lo que que le espera en el futuro por el hecho de haber llegado a la final del Open de Australia. Su vida ya ha empezado a cambiar. Ahora se ha convertido en un personaje público del que todo el mundo espera una respuesta, un autógrafo o una sonrisa. "Yo no cambiaré", asegura el tenista. Pero es evidente que tanto deportivamente como socialmente habrá un antes y un después de ser finalista de un Grand Slam.Sin embargo, el cambio afectó estos últimos días también a su familia. La expectación que despertó la final del Open de Australia en toda España fue más evidente aún en Palma de Mallorca y en Barcelona, lugares de nacimiento y de residencia del tenista español. En Palma, la casa de la familia Moyà Llompart perdió su habitual tranquilidad y se convirtió en la madrugada del domingo en un hervidero de pasiones, tensiones y bullicio. La invasión fue total: allí estaban la familia del jugador, algunos amigos y muchos informadores de los medios de comunicación locales, diversas cadenas de televisión y emisoras de radio locales, autonómicas y de cobertura nacional.

Jofre Porta, el primer entrenador de Moyá, era uno de los invitados que comentaron el partido para una radio. Los padres, Andreu y Pilar, se lo tomaron con resignación. "No nos molesta, agradecemos este interés por nuestro hijo", dijeron. "No parece el mismo de otras veces", observaron mientras Sampras iba ganando los puntos con su saque o con golpes increíbles. Al término del encuentro -como ya anticiparon al principio- celebraron como un éxito el resultado final: "¡Campeón, increíble!", le dijeron al tenista, por teléfono, nada más ser derrotado por Sampras.

En Barcelona, mientras tanto, un numeroso grupo de aficionados y varios jugadores amigos de Moyà se concentraron para ver el encuentro en una gran pantalla de televisión instalada en uno de los salones del RCT Barcelona, el club del mallorquín. Allí, Álex Corretja, que tuvo a Pete Sampras en bola de partido en cuartos de final del último Open de Estados Unidos, anunció que Carles concluiría su alocución en la pista tras la final con un "¡hasta luego, Lucas!", imitando al cómico Chiquito de la Calzada.

Moyà estuvo correcto: "¿Qué puedo decir?, me han tratado como si estuviera jugando en casa. Sampras ha demostrado. hoy por qué es el número uno. He pasado dos semanas fantásticas y no olvidaré estos momentos". Lo dijo tocado con una gorra con los colores de la bandera española. Y después hizo un guiño y soltó: "¡Hasta luego, Lucas!". Era el mensaje que había establecido con sus amigos. Y cuando lo dijo, tanto en Palma de Mallorca como en Barcelona sonó una gran carcajada. Moyà tiene previsto llegar a Barcelona mañana a las 12.00, pero sus planes pueden verse modificados a petición del Gobierno balear.

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