Y en la final, el número uno

La final del Open de Australia de tenis quedó ayer vista para sentencia. El español Carles Moyá deberá enfrentarse al norteamericano Pete Sampras, el número uno del mundo, la próxima madrugada (4.00 horas, La 2 y Eurosport) en busca del que sería su primer título del Grand Slam. Sampras venció ayer sin grandes dificultades al austríaco Thomas Muster por 6-1, 7-6 (7-3), 6-3 y disputará su 11ª final en un torneo grande. Hasta ahora lleva ganados ya ocho títulos del Slam. Nada va a ser fácil para el jugador mallorquín, que ha eliminado en este torneo al ganador y al finalista de la pasada edición. Un triunfo le situaría como sexto jugador mundial. Pero si pierde habrá logrado igualmente uno de los objetivos que se fijó para su carrera: estar entre los 10 primeros."Ésa es una buena motivación para afrontar la final", dijo Moyá tras los entrenamientos de ayer en Flinders Park. "Pero ahora ya no me conformo con eso. Mi próximo objetivo será entrar a formar parte de los cinco primeros". Ésa es la actitud con la que el mallorquín saltará a la pista para disputar el partido más importante de su carrera. Y por eso aún se le sigue dando crédito. "Su servicio es lo que más daño puede hacerme", prosigue Moyá aludiendo a Sampras. "Aunque todos sus golpes son buenos porque es un gran jugador. Yo, simplemente, intentaré ganarle. No sé si lo lograré, pero prometo lucha y entrega".

Hasta ahora ningún español ha conseguido ganar el Open de Australia. Juan Gisbert y Andrés Gimeno disputaron la final en 1968 y 1969 respectivamente, pero ambos fueron derrotados. Arantxa Sánchez accedió también dos veces a la disputa del título, en 1994 y 1995, pero perdió frente a Steffl Graf y Mary Pierce. El torneo australiano es, además, el único de los cuatro grandes que no tiene un campeón español. En todos los demás ha habido al menos dos ganadores.

Sampras volvió a demostrar ayer que se encuentra en un excelente nivel de juego. Muster sólo consiguió inquietarle en la segunda manga de su semifinal, cuando con 5-3 y servicio dispuso de una bola para cerrar el set. Fue su única oportunidad y la desperdició estrellando un drive relativamente fácil a la red. "Sampras da pocas oportunidades; pero si encima no las coges, no tienes nada que hacer", explicó Muster como queriendo lanzar un mensaje a Moyá. Sin embargo, Sampras bajó su cota de efectividad con el servicio enaquel encuentro y la situó en 15 aces.

Después se refirió a la final: "Moyá está muy confiado y no tiene nada que perder. Vencer a Chang en tres mangas no es nada fácil. Será una dura batalla". Ni Sampras ni Moyá tienen referencias concretas de lo que les espera, puesto que nunca antes se han enfrentado en el circuito. Su único antecedente es un desempate que disputaron en la pista central del RCT Barcelona hacedos años en un clinic de Nike previo al inicio del torneo Godó. Ganó Sampras, pero Moyá, que se movía entonces alrededor del 300' puesto mundial, recuerda que estuvo muy nervioso. "Aquello no es ni un referente", concedió Sampras.

El crédito de Moyá está avalado también por su indestructible convicción en sus propias posibilidades, por el supuesto apoyo del público y por la serenidad que ha demostrado en los últimos meses. cuando se ha enfrentado a dificultades. Prueba de ello es que ha ganado consecutivamente a los últimos seis top-ten con los que se ha medido. La serie comenzó en Múnich el pasado mes de mayo, cuando venció a Ivanisevic y a. Muster. Prosiguió después en París-Bercy superando a Becker y continuó este año en Sidney, donde se impuso a Ferreira, y en Melbourne al eliminar a Becker y a Chang.

La superficie rebound ace (sintética) de Flinders Park no es, al menos en teoría, la mejor para Moyá. Pero el juego que ha desplegado en ella estas dos semanas rebate esa premisa. Sin embargo, es evidente que favorece a Sampras porque posee un mejor servicio y es mucho más eficaz ahí que en Roland Garros, por ejemplo. "La presión la tendrá él", comentó Moyá. Ayer el español dedicó varias horas a analizar los videos de los encuentros de Sampras en Melbourne. "No creo que eso me aporte nada nuevo. De él ya lo sé casi todo", se limitó a decir. Carles tiene ya las cosas muy claras.

Moyá se llevó ayer un disgusto cuando supo que sus padres finalmente no pudieron desplazarse a Australia. "Habrá otras finales del Grand Slam a las que puedan venir", dijo. Mientras tanto, Manuel Santana, capitán español de Copa Davis, intentó quitar presión al campeón mallorquín al afirmar: "Pienso que tiene algunas opciones, pero hay que ser realistas y reconocer que tiene difícil ganar al número uno. Creo que éste es el comienzo de una magnífica carrera".

La expectación ante la final es grande tanto en Palma de Mallorca como en Barcelona. En su club, el RCT Barcelona, se instalará una gran pantalla de televisión para presenciar el encuentro a las cuatro de la madrugada. Varios jugadores y personalidades del tenis verán ahí el partido. Y el Gobierno balear anunció que el martes se hará un gran recibimiento a Carles. "Da lo mismo que gane o pierda la final", precisó un portavoz.