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La actividad criminal de las mafias económicas rusas alcanza a la política

Una bomba acabó ayer con la vida de un empresario ruso en un barrio céntrico de la capital rusa en una nueva muestra de arreglos de cuentas entre hombres de negocios generalmente vinculados a grupos criminales. La víctima, Guennadi Dzen, además de ser director de la firma Roskontraktpostavka, era asesor de¡ diputado Vladímir Zhirinovski, líder del ultranacionalista Partido Liberal Democrático (PLD). Dzen es el quinto ayudante de un parlamentario del PLD que muere asesinado en los últimos 12 meses.

Dzen llegó a las 11.20, acompañado de dos guardaespaldas, al edificio de cuatro plantas donde se encuentra su oficina en un jeep. Cuando entraba en el edificio, estalló una bomba accionada a distancia. "El empresario no tuvo ninguna posibilidad de salvar su vida", comentó un policía en el lugar de los hechos. Los dos guardaespaldas resultaron heridos y fueron hospitalizados.Entre los documentos de la víctima, la policía encontró un carné que lo acreditaba como asesor de Zhirinovski. Hace unos días, en la elitista avenida Rublióvskoye, fue asesinado a tiros el ayudante de Alexandr Filátov, diputado del partido de Zhirinovski. Este otro asesor, según la policía, estaba vinculado al grupo criminal de Sólntsevo, una de las más famosas mafias de la ciudad. Durante 1996,fueron asesinados otros tres ayudantes de parlamentarios del PLD.

Es conocido que en Moscú existe un tráfico de carnés de asesor de diputados, y el partido que ha avanzado más lejos en la comercialización de estos documentos es el PLD de Zhirinovski, que, según se comenta, los vende, como mínimo, a 78.000 pesetas cada uno. En general, el PLD tiene fama de ser el más corrupto de los partidos representados en la Duma Estatal: se dice que vende incluso sus votos en el Parlamento. Esto, por supuesto, es imposible de probar, pero no deja de ser sintomático que el PLD, a pesar de presentarse como un opositor a ultranza del Gobierno, en todas las votaciones clave acaba apoyando al actual régimen.

Los carnés de asesor de diputados permiten viajar gratis en el transporte público, así como entrar libremente en la Duma y en otros edificios oficiales, lo que, a su vez, da la posibilidad de presionar y de defender sus causas. También se comercializan los pases parlamentarios para los coches, que sirven para saltarse las numerosas prohibiciones de tráfico en el centro de Moscú y aparcar donde otros no pueden.

El que Moscú y otras ciudades se hayan convertido en una especie de Chicago de los años treinta -cerca de 30.000 asesinatos al año, de los que medio millar es cometido por asesinos a sueldo- se debe a que existe una desconfianza cada vez mayor en la capacidad de las instituciones estatales de resolver los problemas de los ciudadanos. Por eso, los nuevos empresarios, en lugar de recurrir a los tribunales para dirimir sus pleitos, especialmente el cobro de deudas, prefieren utilizar sus propios métodos para obligar a pagar a los morosos y, si no lo consiguen por las buenas, alquilan los servicios de asesinos profesionales.

Una de las manifestaciones de la desconfianza del ciudadano ante el Estado es la popularidad de los grupos de presión partidarios de legalizar la venta de armas. Una nueva legislación al respecto ha ampliado las categorías de funcionarios que pueden obtener licencia de armas, aunque su concesión sigue estando controlada. Pero tal control es formal: en el mercado negro se puede adquirir desde una pistola hasta un lanzagranadas.

En general, todos los ámbitos sociales que tienen que ver con los negocios y con el dinero están expuestos a la criminalidad, ya sean políticos capaces de ejercer tráficos de influencia o veteranos de la guerra de Afganistán, cuyas organizaciones disfrutan de privilegios comerciales.

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